La gira europea de Neil Young recala en A Coruña y en Jerez

Para la crítica y quizás para el público más enterado, la principal atracción puede ser Beck, el joven californiano que ha logrado fusionar el folk con el funky o el hip hop. Pero el magnetismo de la convocatoria (y la mayoría de los 9.000 espectadores previstos) lo aporta la figura de Neil Young, que ya grabó en 1967 su primer disco con Buffalo Springfield y desde entonces, salvo una segunda mitad de los ochenta un tanto desorientado, ha venido elaborando discos sólidos.

En toda su dilatada trayectoria, es la tercera vez que el canadiense visita España. La primera fue en 1987 (Madrid, Barcelona y Bilbao) y la segunda, en 1993, también para tocar en A Coruña en un macroconcierto con Dylan, Chuck Berry o Sting. Pero en esta ocasión lo acompañarán Crazy Horse, a los que escogió ('porque eran los Rolling Stones americanos y la mejor banda de garaje del mundo' como dijo una vez) en 1969, cuando Neil dejó a Crosby, Stills, Nash & Young convertidos en trío.

Desde entonces, ha sido su grupo de acompañamiento más estable, a pesar de flirteos de la importancia de Pearl Jam, con los que grabó Mirror ball en 1995, y de que el último disco en el que participaron fue Year of the horse (1997), el álbum en directo de la película que hizo Jim Jarmush sobre Young. Hasta tal punto estable que el bajo Billy Talbot y el batería Ralph Molina estaban en la formación original de Crazy Horse y el guitarrista Frank Sampedro sólo desde 1975.

Una actuación portuguesa

La gira, que incluirá 28 conciertos que comenzaron en el Reino Unido en junio y terminarán el próximo día 24 en Rotterdam (Holanda), continuará mañana apenas a 175 kilómetros, en la localidad fronteriza portuguesa de Vilar de Mouros, y el domingo, en el Espárrago Rock, de Jerez de la Frontera. En ambas citas estará acompañado por Beck. Una alternativa geográfica extrema que supondrá viajes de cientos de kilómetros para muchos seguidores de la Península.

Si Neil Young & Crazy Horse siguen el guión de este Europe Tour 2001, repasarán toda su trayectoria en una veintena de temas. Dos piezas clásicas, Don't cry no tears (de Zuma, 1976) y I've been waiting for you (de Neil Young, 1969), son las piezas iniciales de la media docena que forman la primera descarga eléctrica, con estrenos como Going home y Hold you in my arms. Para después del intermedio acústico (From Hank to Hendrix, Pocahontas), se reservan los himnos guitarreros: Hey, hey, my, my y Like a hurricane, para acabar con Rockin' in the free world o Powderfinger como probables bises. Un muestreo coherente, pese a los más de 30 años que abarca y de que Young siempre se ha mostrado partidario de la evolución y el cambio de registro.

Antes de la gira europea que confluirá a partir de hoy con la de Young, Beck había dedicado el año a conciertos esporádicos basados en versiones de folk de los cincuenta. Incluso el concierto de hoy se había presentado como acústico, pero estará acompañado de su banda habitual.