Portillo saca ventaja en las primarias de los conservadores británicos
Un empate provoca la confusión en los dos últimos candidatos 'tories'
El sistema de elección del nuevo líder tory prevé que el último candidato en cada una de las tres votaciones convocadas quede eliminado y que, cuando queden sólo dos aspirantes, se sometan a la votación de los 300.000 militantes de base. Estos podrán expresarse a través del voto por correo hasta el 11 de septiembre. El nuevo líder será proclamado al día siguiente. La segunda votación está prevista para mañana y la tercera, en caso de que sea necesaria, para el martes 17.
El empate entre Ancram y Davis puso ayer un punto de confusión y suspense al nuevo sistema. Al negarse a retirarse los dos, ambos quedarán incluidos en la segunda ronda de votaciones, pero de ésta saldrán elegidos sólo tres candidatos. La tozudez de ambos, condenados a perder, hace pensar que la votación de mañana sea gemela a la de ayer.
Salvo ese empate, la primera votación no ofreció ninguna sorpresa. Se esperaba la ventaja de Michael Portillo y también la de Iain Duncan Smith sobre Kenneth Clarke. El duelo entre estos dos deberá resolverse cuando los diputados que han votado a David Davis y Michael Ancram tengan que elegir entre los otros tres candidatos. Será entonces cuando optarán de verdad entre Duncan Smith y Clarke para decidir quién de ellos se enfrenta al favorito Portillo en la votación directa de las bases.
Kenneth Clarke es el conservador más popular del Reino Unido. Por eso muchos portillistas son capaces de votar a Duncan Smith, porque creen que la victoria de Portillo sería más fácil si se enfrentara a este representante del ala dura del Partido Conservador, el perfecto representante de casi todo lo que los electores rechazaron en junio pasado al dar una amplia mayoría absoluta a los laboristas de Tony Blair.
Las denuncias de corrupción caídas la víspera sobre Michael Portillo no influyeron ayer en el ánimo de los diputados conservadores, pero podrían tener mayor papel a la hora de la votación de las bases si el asunto fuera a mayores en los próximos días, algo que parece poco probable a la vista de la reacción de los implicados. El diario The Guardian, abiertamente pro laborista, denunciaba ayer que Michael Portillo recibió en 1995, cuando era ministro en el Gobierno de John Major, un total de 20.000 libras (5,5 millones de pesetas al cambio actual) como retribución por pronunciar conferencias. Un dinero que nunca declaró ante la Cámara de los Comunes, asegura el diario. El código de conducta vigente en 1995, en una época llena de sospechas y denuncias de corrupción, prohibía a los ministros y altos funcionarios recibir regalos, atenciones o servicios que pudieran crear o dar la impresión de que les creaban una obligación.
Portillo ha calificado la información de 'campaña de desprestigio contra mí de un diario que apoya a los laboristas'. Y sostiene que no tenía obligación de declarar esos ingresos ante el Parlamento porque no los cobró él, sino el Partido Conservador de la que entonces era su circunscripción electoral, Enfield Southgate, en el norte de Londres. 'No es verdad que haya recibido ningún dinero', declaró. 'Yo, como muchos diputados conservadores, he recaudado fondos para mi partido y para la asociación de mi circunscripción y no he hecho nada incorrecto'.
Su principal rival en las primarias conservadoras, Kenneth Clarke, se pronunció ayer sobre el asunto para calificarlo de 'insensatez'. 'He oído el relato de los hechos por la radio y me parece todo una insensatez. No veo nada malo en lo que se dice que ha ocurrido', declaró en apoyo de Portillo.
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