Una exposición evoca en Cádiz a Lola Flores

'Seré eterna; aunque muera, seguiré viva', dejó dicho Lola Flores. Inmortalizada en múltiples grabaciones y producciones cinematográficas, la artista jerezana no había sido objeto de un reconocimiento por parte de los creadores plásticos -que tanto bebieron de su estética y su genio- hasta el pasado mes de marzo. Entonces, la sala Pescadería Vieja de Jerez abrió al público una muestra que, bajo el escueto título de Lola, aglutinó a medio centenar de artistas en torno a la figura de La Faraona. Simultáneamente, el Centro Andaluz de Flamenco, ubicado en la misma localidad, inauguró la exposición biográfica No canta ni baila. No se la pierdan. Desde hoy y hasta el próximo 2 de septiembre, ambas colecciones serán exhibidas en los claustros del Palacio Provincial de Cádiz.

La idea original del proyecto partió de la galerista y comisaria de la muestra Carmen de la Calle. 'Pensé en ello para mi propia galería, hace tres años. Por cuestiones personales deseché la idea, pero volví a retomarla porque creo que Lola se lo merecía', comentó. Con el apoyo de la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de Jerez, Caja San Fernando y las Bodegas González Byass, Carmen de la Calle comenzó a recopilar trabajos de algunas de las más destacadas firmas del arte actual desde José Ramón Bas a Víctor Carro, pasando por Mateo Charris, Cristian Domecq, Equipo Límite, Juan Antonio González de la Calle, Julio Juste, Begoña Montalbán y Guillermo Pérez Villalta. 'Lola ha sido un icono para muchísimos artistas, incluso para algunos que, por juventud, no habían podido seguir su trayectoria', comenta.

El resultado de la muestra Lola fue espectacular: 12.000 personas la visitaron en apenas dos meses. Un éxito similar tuvo la colección de fetiches biográficos No canta ni baila. No se la pierdan, que ha sido ampliada para su traslado a Cádiz gracias al material cedido por David Mateo, sobrino de Cristóbal El Jerezano.

Considerado primer maestro de baile en Jerez, El Jerezano siguió la andadura de Lola Flores hasta la hora de su fallecimiento, haciendo acopio de numerosos álbumes y algunas rarezas, como unos cómics editados en México en honor a la artista. Además de recortes de prensa, fotografías y discos, la muestra incluye películas como La niña de la venta, Embrujo, La estrella de Sierra Morena y Pena, penita, pena.