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Pujol regaña a CDC y a Unió por enzarzarse en 'peleas estériles'

El líder de Convergència i Unió (CiU), Jordi Pujol, irrumpió ayer en la Escuela de Verano de su partido como el gran patriarca del nacionalismo catalán, 'orgulloso' de su trayectoria, pero muy preocupado porque sus hijos no dilapiden lo que tanto esfuerzo le ha costado construir. En un discurso solemne, en tono trascendente, Pujol dio un tirón de orejas a Convergència y a Unió por malbaratar esfuerzos en 'peleas estériles' en lugar de volcarse en la construcción de la nueva CiU como una 'sola fuerza política' y, sin citarlos, amonestó tanto a Josep Antoni Duran como a su delfín, Artur Mas.

Si algún militante de Convergència Democràtica (CDC), el partido de Pujol, creía que la construcción de la nueva CiU iba viento en popa debió de llevarse ayer un buen susto. Pujol clausuró tres días de plácidos debates en Montbrió del Camp (Tarragona) regañando la actitud de ambos partidos ante un proceso que debe culminar con la constitución de una federación a finales de año y mostrando con crudeza que las cosas no marchan bien. Ni Mas ni Duran ni ningún dirigente de Unió se encontraban en la sala escuchándole.

Pujol hizo un discurso apasionado y advirtió que para que CiU se 'salve de la derrota' en las próximas elecciones es imprescindible que el proceso de refundación en marcha culmine bien. Pero no sólo para ganar las elecciones, sino para algo más importante aún para Cataluña, a juicio de Pujol: para que CiU mantenga lo que en su opinión ha sido hasta ahora: 'CiU ha sido la fuerza más importante de Cataluña del siglo XX', afirmó solemnemente en varias ocasiones.

A pesar de la importancia de la empresa, Pujol dejó entrever que los preparativos para crear la nueva federación atraviesan un momento delicado. Advirtió del peligro de 'luchas estériles', de 'peleas de pueblo', de 'ciertas manifestaciones de patriotismo de partido', y lo achacó tanto a CDC como a Unió.

Cartas ocultas

No obstante, Pujol señaló especialmente al líder democristiano, Josep Antoni Duran, sin citarlo en ningún momento, al mostrar su preocupación por algunas actitudes que desde las filas convergentes se atribuyen a menudo a Duran. 'Que nadie se guarde cartas', reclamó el presidente catalán, en referencia a las posibilidades de futuro que tiene el líder de Unió al margen de Convergència si Mas fracasa en su intento de llegar a la presidencia de la Generalitat.

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El presidente de la Generalitat pidió a su delfín, Artur Mas, que emule la estrategia que él mismo adoptó en 1980, cuando llegó por sorpresa a la presidencia de la Generalitat, y que resumió en tres puntos: catalanismo, espíritu constructivo y mentalidad de esfuerzo y cohesión. Pujol pidió a los políticos de CiU que se dirijan al 'alma' de la gente y que no basen su discurso únicamente en números, uno de los estigmas que persiguen a Mas.

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