Crisan, el estafador de los Cárpatos
Ha perdido las seis primeras partidas del torneo de Portoroz (Eslovenia) a pesar de ser, en teoría, el tercero mejor de los diez participantes. Y no se trata de una crisis de baja forma, ni de una enfermedad: el rumano Alexandru Crisan compró múltiples victorias, utilizó su poder político para controlar la Federación Rumana y amenazó a periodistas. Es el 46º del mundo, pero su juego en Portoroz ni siquiera le acredita entre los 3.000 primeros.
Muchos jugadores rumanos, que ocultaban su nombre al denunciar el caso desde años por el temor a represalias, respiran hoy con satisfacción porque la verdad brota con una fuerza imparable. La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) exigió que Crisan jugase al menos cuatro torneos para verificar si su categoría real coincidía con su brillante puesto en el escalafón; el de Portoroz es el primero.
Crisan, de 38 años, acaudalado hombre de negocios de Brásov, hijo de un alto directivo del Partido Comunista, era uno de los muchos juveniles prometedores de su país en los años ochenta. Sus resultados de 1991 le colocarían hoy por debajo del puesto 3.000 en la lista internacional. Pero justo ahí comenzó una carrera tan meteórica como misteriosa: sus partidas no aparecían en ninguna base de datos, pero sus resultados eran asombrosos: por ejemplo, logra 13 puntos de 14 posibles en un torneo fantasma.
La Federación Rumana se niega a tramitar sus resultados a la FIDE y le invita a medir sus fuerzas con varios compatriotas en un torneo controlado por ese organismo. Crisan rechaza la propuesta y, de alguna manera, convence a un veterano directivo de la federación para que envíe sus resultados a la FIDE. El 1 de enero de 1998, el nuevo genio de los Cárpatos aparece en el puesto 33º del mundo con 2.635 puntos. La Federación Rumana le sanciona por dos años y protesta a la FIDE, que decide quitarle 105 puntos en la siguiente lista.
Pero Crisan no se rinde. En medio de un gran escándalo, utiliza su influencia en el Ministerio de Deportes para sustituir a varios cargos de la federación, recurre a sus dotes de ventrílocuo en llamadas telefónicas a la FIDE para imitar voces de personas conocidas que supuestamente le apoyan, y amenaza a varios periodistas, rumanos y extranjeros. Así logra que la FIDE le restituya los 105 puntos, que le sitúan en el puesto 46º de la lista publicada el pasado 1 de julio.
Ahora, todo se hace evidente: de las seis primeras rondas de Portoroz, sólo sus derrotas ante el israelí Borís Gélfand, 11º del mundo, y el esloveno Alexánder Beliavski, 33º, pueden calificarse de normales. Las otras cuatro partidas, frente a rivales teóricamente inferiores, muestran a un jugador mediocre, demasiado débil para ese torneo, cuya nota positiva es la actuación del ucranio Andréi Volokitin, de 15 años: sólo ha perdido una partida, ante Beliavski. Los intentos realizados ayer por este diario para conocer la versión de Crisan fueron infructuosos.
Clasificación tras la 6ª ronda: 1º-2º Beliavski y Gélfand 4,5; 3º Volokitin 4; 4º-5º Pavásovic y Kózul 3,5; 6º Mijalchishin 3; 7º-8º Mohr y Sermek 2,5; 9º Macieja 2; 10º Crisan 0.
LA PARTIDA DEL DÍA
Blancas: Crisan. Negras: Pavásovic.
1 d4 g6 2 c4 Ag7 3 Cc3 c5 4 d5 Axc3+ 5 bxc3 f5 6 g3 Cf6 7 Ag2 d6 8 h4 Da5 9 Dc2 Cbd7 10 Cf3 Cb6 11 Cd2 Da4 12 Dd3 Ad7 13 0-0 0-0-0 14 Te1 Cg4 15 e4 The8 16 f4 e5 17 dxe6 Txe6 18 Cb3 Dxc4 19 Dxc4 Cxc4 20 e5 Ac6 21 Af1 Cb6 22 Aa3 dxe5 23 Cxc5 Tee8 24 fxe5 Cxe5 25 Ted1 Cbc4 26 Txd8+ Txd8 27 Axc4 Cxc4 28 Ac1 Td1+ 29 Rf2 Th1 30 Cb3 Th2+ 31 Re1 Ce5 32 Ae3 Ad5 33 Td1 Cf3+ 34 Rf1 Ac4+, y Crisan se rindió porque recibía mate a la siguiente.
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