Los taurinos dan 10 días a Sanidad para que levante la prohibición de vender carne de toro
Pase lo que pase, se decida lo que se decida, Pamplona se perderá este año su tradicional estofado de toro de San Fermín. De hecho, los estamentos taurinos se han dado de plazo hasta el próximo día 16, fecha en la que volverán a reunirse, para analizar si procede tomar medidas (huelga o suspensión de festejos) en caso de que la reciente orden de Sanidad sobre la prohibición de comercializar carne de lidia siga su curso.
La orden ministerial no permite la venta de carne independientemente del resultado del test priónico para detectar la enfermedad de las vacas locas. 'No nos dejan opción de ningún tipo', comenta Eduardo Martín Peñato, ganadero y portavoz de todas las organizaciones que tienen que ver con el mundo del toro, desde empresarios a subalternos, matadores y ganaderos de toros de lidia. Supuestamente, y hasta que Sanidad publicara la orden con la prohibición, el 1 de julio los propietarios de reses bravas dejaban de recibir la compensación ('aproximadamente de 330 pesetas por cada kilo de carne', dice Peñato) por la carne que dejaban de vender y enviaban directamente al horno crematorio. Ese día, la obligatoriedad de la prueba para detectar la encefalopatía bovina espongiforme se encargaría de determinar qué carne es apta para el consumo.
'De repente', explica el ganadero, 'nos dicen que da igual que hagamos o no el test. Sanidad nos viene a decir que en cualquier caso, positivo o no, la carne de toro de lidia no entra en el mercado. Además, claro está, sin que se nos pague un solo duro'. Ante semejante argumentación, los taurinos han solicitado reunirse con los ministerios de Presidencia, Agricultura, Sanidad e Interior. ¿Y si no? 'Los festejos que se celebran en plazas de tercera categoría, la mayor parte, deberán ser suspendidos. Calculamos que el beneficio de estas celebraciones depende en un 50% de la venta de la carne. Si se corta por decreto esa fuente de ingreso'. Las cuentas que presentan los taurinos recogen unas perdidas de 2.000 millones de pesetas, de aquí a final de temporada, por no vender la carne.
