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La Bolsa española sortea la crisis al bajar sólo un 2,2% en el semestre

El Nasdaq se desploma un 12% hasta junio

Lucía Abellán

Todas las bolsas mundiales ofrecen pérdidas en el primer semestre del año. La bolsa española, sin embargo, ha aguantado bien la presión de las ventas con un trasvase de dinero desde el sector de telecomunicaciones hacia otros grupos más clásicos como las constructoras, inmobiliarias, petroleras o los aceros.

Y eso, pese a que en el mercado español en esta recta final del semestre ha confluido la crisis del peso argentino que introduce incertidumbres sobre las inversiones latinoamericanas que comparten los cinco mayores valores de la bolsa española (Telefónica, BBVA, BSCH, Repsol y Endesa). Ha sido Telefónica y su grupo los valores que concentran los descensos más poderosos para ofrecer este resultado negativo en el indice madrileño (-2,20%) y en el Ibex 35 (-2,54%).

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Sin embargo, los inversores que tengan su dinero en constructoras, inmobiliarias, sociedades de distribución o de aceros tendrán que contar un semestre muy diferente con alzas que, en determinados valores superan el 30%, porcentaje conseguido tan sólo en medio año. En la bolsa española se da la circunstancia de que la economía sigue creciendo a unas tasas muy elevadas, lo que supone una menor desaceleración del beneficio empresarial, al menos, para este año.

Malas noticias

Las malas noticias se han acumulado con menor crecimiento en las economías desarrolladas y una inflación ascendente en Europa que han llevado a las bolsas a registrar pérdidas generalizadas. El petróleo ha sido otro acicate de la caída de los mercados por su efecto directo sobre la marcha de los precios.

Este escenario macroeconómico más negativo ya tiene su traslación al mundo empresarial y, por tanto, al bursátil. Numerosas compañías, sobre todo ligadas a sectores de fuerte crecimiento como el tecnológico o el de telefonía, han anunciado que ganarán menos de lo esperado, y ya los resultados del primer trimestre del ejercicio lo han confirmado. En estos momentos bajistas es muy difícil la selección de valores y revisiones de beneficios como los anunciados hace unas semanas por la finlandesa Nokia sobre sus peores resultados eran suficientes para provocar un descenso de todo el sector.

Una revisión de ganancias que se produce después de años donde se inflaron las expectativas de los sectores ligados a la llamada nueva economía. Con ese cóctel, la caída en los precios ha sido intensa y duradera. Actualmente, los despidos masivos, el cierre de factorías de grandes multinacionales, son noticias cotidianas que indican la profundidad de la crisis y que su arreglo anda todavía lejano.

Las rebajas de los tipos de interés aplicadas por Estados Unidos y también por Europa no han mitigado este sentimiento negativo que el tiene el mundo del dinero hacia las acciones. Ya las caídas de tipos (como la conocida esta misma semana) no provocan el efecto alcista que sería deseable, por cuanto estas medidas pueden resultar insuficientes si el deterioro de la ganancia empresarial es muy abultado.

Tampoco ha desaparecido el fantasma de la recesión económica en los mercados. Aunque los analistas confían en un final de año más positivo que anticipe una mejoría económica en 2002, todavía falta por conocer el suelo de esta crisis. Hasta ese momento persistirá la elevada volatilidad.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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