PREPARATIVOS EN BEL AIR

Las fuertes medidas de seguridad con motivo de la boda de Juan Villalonga y la mexicana Adriana Abascal complican ya la vida de los residentes del barrio de Bel Air, en el corazón de Los Ángeles. Juan Villalonga, el que fuera presidente de Telefónica y actual directivo de Univisión, y Adriana Abascal, que iniciaron una apasionada relación en 1998 y tienen una hija, Paulina, que acaba de cumplir un año, se casarán el sábado en la mansión que la novia posee en dicho barrio. La casa, valorada en 12 millones de dólares, la heredó Abascal de Emilio Azcárraga, el fallecido hombre de negocios mexicano con el que compartió los últimos años de su vida. A estas alturas, nadie sabe en verdad cuántas personas asistirán finalmente a la boda, pero de momento ya han confirmado su asistencia más de 250. Las medidas de seguridad exhaustivas tienen fácil explicación, ya que a una colección de multimillonarios financieros latinoamericanos y estadounidenses se suman dos ex presidentes mexicanos, como son Ernesto Zedillo y Miguel de la Madrid. Por no contar las estrellas como Andy García, Gloria Stefan, Mariah Carey y su novio Luis Miguel, o la también cantante Talía y su marido, Tony Mottola, presidente de Sony Music. Entre los magnates destacará la presencia, según la prensa, de representantes de la familia Cisneros de Venezuela o el mismísimo Carlos Slim, presidente de la telefónica mexicana Telmex, que acaba de ser declarado el hombre más rico de América Latina. La que parece que va a ser más reducida es la representación española, ya que no se ha confirmado la presencia de ningún miembro del Gobierno o alto cargo y de casi ningún empresario.-