El hombre vendido
Serbia ha vendido un hombre. Ha hecho bien: pagan mucho. En un tiempo, Milosevic había sido elegido presidente, creo que un par de veces: en las últimas no quedó mal, después de haber sido atacado por el mundo entero menos por los eslavos del norte, los rusos; bombardeado por Europa con las armas americanas; destruidos trenes y autobuses con pasajeros y todo. Este jefe de Estado robó algo, favoreció a su familia, consintió la corrupción. En Occidente, esto parece raro: sus gobernantes no roban, no se corrompen, y sus jueces no prevarican, sus periodistas no conspiran, sus empresas son limpias. ¡Hay democracia! A veces, a un ministro se le descubre un pasado trotskista en Alemania, o en Francia, y se le quita de en medio: que no contagie. Este hombre vendido había repelido a los independentistas en Kosovo con armas y dureza extraordinarias.
Los independentistas eran guerrilleros y soldados albaneses que empezaban a crear la gran Albania: ahora atacan a Macedonia, que se defiende. Esos compradores le declararon la guerra, dejaron el país en la miseria, Una guerra útil: se ensayaron armas raras, se afinó la puntería y los daños humanos se llamaron 'colaterales': no murió ningún soldado democrático. España mandó a los legionarios como 'pacificadores' por primera vez en su historia desde que fundaron la legión Millán Astray y Franco; Serbia fue retrasando la entrega. La Constitución le impide dar la extradición de un ciudadano propio. Tenían vergüenza. Pero se arreglan las cosas. La presión fue subiendo: Euramérica daría dinero para reconstruir lo que ella misma destruyó si le daban al hombre; acabaría los embargos, las restricciones. Han pasado meses, la miseria se ha ido acrecentando y, al final, lo han vendido. A un tribunal de guerra creado sólo para él y su gente en La Haya. No hay en el ancho mundo otros tipos peores, otros gobernantes, otros generales. Lo han vendido. Yo hubiera hecho lo mismo.
El grupo centroeuropeo, los germánicos, austriacos o alemanes, y sus afines arios, se siente mejor. Estados Unidos, mucho más: han deshecho el último comunismo europeo. Manos libres en los Balcanes, ahora. Yugoslavia ya no existe. Tuve simpatía por ese país comunista en riña con Stalin, con los albaneses prochinos, con los occidentales que no querían el Tercer Mundo. Pero también le hubiese vendido. Yo vendería a Aznar, al Rey. A Manzano, para hacer el peso. A cambio de comida democrática.
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