¿Te ha gustado Enrique Ponce?
'¿T'ha gustao Ponce?' preguntaba una simpática ama de casa a otra, mientras sacaban al de Chiva a hombros. Pues claro que gustó a los espectadores alicantinos en el día grande de San Juan el torero valenciano. Estuvo con su facilidad habitual en lo aleatorio; abaniqueos, adornos, desplantes. Luego, hacer el toreo también lo hizo por fases, incluso mejor al natural en su primero, al que recetó faena derechacista poniendo distancia y por tanto metiendo el piquito de la muleta. Eso sí; no dio tantos zapatillazos y ligó las tandas. Tan agustito estaba y tan enrabietado que sonó el primer aviso antes de entrar a matar. También la estocada tuvo que ver (la dejó caída) en que el usía sólo concediera un único trofeo.
Alcurrucén / Esplà, Ponce, Barrera
Toros de Alcurrucén, encastados y nobles, excepto el 6º; descastado. Luis Francisco Esplá: Ovación y saludos en ambos. Enrique Ponce: oreja y oreja, tras aviso en ambos. Vicente Barrera: Ovación y saludos; silencio. Enrique Ponce salió a hombros. Plaza de Alicante. 24 de junio. 8ª y ultima de feria. Lleno.
Con el que hizo quinto Ponce dió tres bellísimas verónicas meciendo los brazos. El toro, un colorado de 543 kilos, se fue como una exhalación al caballo y romaneó con poder. Y de nuevo volvió a repetir más o menos la faena anterior. Aquí a pesar de la boyantía del de Alcurrucén mantuvo la muleta a media altura, aunque se ciñó más con ella en la zurda. Alardeó de hinojos y con abaniqueos, consiguió una estocada pero como tardara en doblar el animal, volvió a escuchar un aviso. Y vuelta a empezar: petición, bronca y oreja que le abrió la puerta grande.
Luis Francisco Esplá estuvo en su línea de lidiador variado con el capote y magistral en los tres pares que clavó al cuarto. Emocionante y arriesgado el que puso por los adentros, que levantó al público. Con su primero, el alicantino estuvo aseado y basó la faena en la derecha tras intentar el toreo al natural; al ser desarmado, desistió. Con su segundo destacó un afarolado de rodillas y un par de verónicas. Luego lució por chicuelinas en el quite y vino la apoteosis rehiletera. Se echó la muleta a la izquierda y ligó un tanda. De nuevo con la diestra estuvo mandón y hasta se arrodilló y salió de una tanda con un afarolado. Fue la toledana la que le privó de conseguir un trofeo, que el público pidió en su primero con fuerza y con algo menos en éste.
La terna la completaba Vicente Barrera, que mantuvo su personal quietud. Mejor con su primero que con el complicado sexto, pero en ambos fue a dar en hueso y estrellarse con la espada.
Babelia
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