Gaspart pide perdón a la afición

El Barça cerró ayer con tristeza su segunda temporada consecutiva en blanco. Con poco público, poco fútbol, con botes de humo en las gradas y con la discreta despedida a Guardiola, sólo paliada por los aplausos finales de la afición y los gestos de sus compañeros. Todo fue muy rápido. El colegiado silbó el final del partido y se fue a buscar la mano del capitán. Detrás llegaron los jugadores del Celta y, antes de enfilar el vestuario, Guardiola se fue hacia el círculo central. Levantó los brazos y, emocionado, se despidió de la afición. No quería nada más. Pero no lo pudo evitar. Vestido de paisano, Luis Enrique saltó al césped y, en una especie de placaje, abortó la salida del capitán. Con la complicidad del resto del equipo lo levantó a hombros y lo llevó hasta el círculo central. Emocionado, Guardiola repitió el adiós rodeado de sus compañeros mientras por megafonía el club le dirigía unas palabras de despedida. El capitán zanjó el acto y antes de entrar en el túnel se desprendió del brazalete. "Sólo quería levantar los brazos, dar las gracias a la gente e irme".

El presidente Joan Gaspart, increpado al final del encuentro con algunos gritos de fuera, fuera, pidió "disculpas" a la afición por un año nefasto: "No hemos logrado lo que queríamos. Pero no hay que ser masoquista. Esto no es tan fácil porque en 101 años sólo hemos ganado 16 Ligas y una Copa de Europa. Hay que tener ilusión". El técnico Carles Rexach fue más autocrítico: "El año ha sido muy flojo, muy irregular y nos ha faltado identidad. Es normal pedir perdón: las cosas suceden por algo. Tenemos que reconocer los fallos cometidos, analizarlos y seguir una línea y saber lo que queremos". Mañana o el miércoles se sabrá la lista de bajas: Dutruel insinuó que se irá al no creer que el club haya invertido en Toldo 4.800 millones para que sea suplente.