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El estigma del Barranquet

Dos reyertas con heridos ponen de nuevo en primer plano al barrio del Perpetuo Socorro, en Castellón

María Fabra

Castellón es, en datos y estadísticas, una ciudad casi ejemplar. Bajo nivel de paro, alta renta per cápita, un parque móvil inacabable, gran cantidad de viviendas en propiedad. Sin embargo, eso no es todo. Más allá del desordenado crecimiento urbanístico, tiene barrios periféricos. En algunos casos, solamente marginados por la desatención de la Administración, pero también por la mirada de soslayo de sus vecinos o de algunos de sus habitantes. Éste es el caso del Grupo Perpetuo Socorro, conocido como del Barranquet, por el accidente geográfico que lo delimita. Es un barrio que tiene unos 40 años y en el que conviven unas 2.000 personas. Los primeros habitantes levantaron sus viviendas con sus propias manos, en una zona muy cercana a Almassora. Gente trabajadora que aún recuerda cómo logró el alumbrado y el alcantarillado.

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Pero las cosas fueron cambiando y ahora el Perpetuo Socorro es conocido como el mayor supermercado de droga de Castellón, pese a que tal actividad se limite a dos calles. Muy alejado del problema de seguridad ciudadana que arrecia en el centro de la capital de La Plana, con tirones, pequeños hurtos y otro tipo de violencia, El Barranquet se levanta como un barrio tranquilo en el que los vecinos salen a la puerta de sus casas por la noche sin temer ninguna visita 'inesperada'. 'Es sólo mala fama', asegura la mayoría, aunque también saben que no siempre ha sido así. Hace dos años, a finales de 1999, la Asociación de Vecinos inició una recogida de firmas para tratar de desterrar a las 14 o 15 familias que, supuestamente, se dedican al tráfico de drogas. También solicitó el inicio de una campaña de Hacienda con el fin de pillarles por algún lado, ante la infructuosa labor policial. Entonces lo hicieron porque aquellos que acudían a por su dosis arramblaban con lo que encontraban en su camino.

Ahora, es distinto. Entre los supuestos traficantes y el resto de los vecinos existe una cordialidad casi absoluta. En lo que se refiere a la convivencia normal, el trato es exquisito, pese a que tanto unos como otros saben que, en el barrio, hay 1.800 personas que apuestan porque esas 15 familias abandonen el Perpetuo Socorro. La relación con los consumidores ha cambiado. Durante las primeras horas de la noche pueden llegar a entrar en el barrio cerca de medio centenar de vehículos que, tal como dicen los vecinos, 'van a por ella'. Sin embargo, no hay problemas. Como si los suministradores hubieran corrido la consigna de 'respetar' a los vecinos.

En una etapa artificialmente tranquila, el Barranquet ha sufrido otro problema. Esta semana hubo dos violentas trifulcas. Un leve incidente de circulación desencadenó una monumental pelea entre vecinos habituales y una familia que estaba en el barrio de forma temporal. Al día siguiente, estos últimos participaron en otra reyerta, más grave, con personas ajenas al barrio y de su mismo lugar de procedencia, el Magreb. Ninguno de ellos se encuentra estos días en El Barranquet. Por miedo, respeto o cautela, todos, los habituales y los temporales, lo han abandonado, de momento.

Las autoridades han tratado de ocultar un 'conflicto' que empaña el nombre de la ciudad con un supuesto dispensario de droga perfectamente localizado. El Perpetuo Socorro ha salido otra vez a la palestra y son dos los temas que se tratan en las calles. El primero, una iniciativa, respaldada por muchos pero no por todos, para recoger firmas con el fin de 'echar' a todos los magrebíes. El segundo, la posible vuelta de los magrebíes con ánimo de venganza. 'Estamos seguros de que volverán', dicen. Y éste es el mayor de los temores, hasta tal punto que nadie se atreve a que su nombre salga en un periódico.

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En cualquier caso, saben que esto no se dará mientras la policía se exhiba en sus calles. También saben que en tres o cuarto días sólo se 'paseará' una modesta patrulla de la Policía Local. Aún así, mantienen la ilusión de pasar tranquilos las fiestas de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro que comenzarán el miércoles.

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