'La clave de Galicia está en aislar a Fraga'

Pregunta. Se les ve como si hubieran perdido folgos (alientos) de un tiempo a esta parte, ¿no?

Respuesta. ¡No, no, no es así! En realidad tenemos mucha más energía, pero la administramos mejor. Es cierto que había hace un tiempo una imagen del Bloque mucho más montaraz, de gestos más llamativos, y, en la medida en que hemos pasado a hacer un trabajo mucho más serio, más en positivo, puede dar esa impresión. Pero le aseguro que estamos mucho más fuertes que hace tres años.

P. Pero usted sabe que ya se habla del techo del Bloque, del techo de Beiras.

R ¡Cada vez que se aproximan las elecciones se empieza a hablar del techo del Bloque! Eso ha sido así desde que tuvimos por primera vez grupo parlamentario propio en 1989. Pero el proyecto del Bloque no tiene techo hoy por hoy porque representa la conjunción de una serie de fuerzas sociales que se están accionando constantemente.

P. Pero usted hizo una apuesta de penetración en el feudo de Fraga, en el mundo rural, y esa apuesta le ha fracasado. Y el Bloque ha vuelto a refugiarse en las capas urbanas, y así el crecimiento no les va a ser fácil, ¿no?

R. El Bloque es el partido que mayor porcentaje tiene de voto urbano, incluso más que el PP... Pero hay un dato importante respecto a nuestra penetración en el mundo rural que usted pone en duda: el Bloque iguala al PP en intención de voto en el mundo rural en activo ¡En el campesinado pasivo, no, claro, ese es de Fraga! La dificultad que tenemos para penetrar en ese ámbito estriba en romper los mecanismos coercitivos de voto cautivo que tiene el aparato de poder del Partido Popular, que es muy serio, muy poderoso, y, también hay que decirlo, muy eficiente para conseguir votos. Cuando Fraga dice que salgan votos por debajo de las piedras, salen... Y ese muro se está rompiendo y Fraga va a pagar las consecuencias de la desastrosa gestión de la Xunta. Pero es cierto, absolutamente cierto, que es muy difícil que el Bloque pueda acceder al feudo de votos cautivos que tiene Fraga en el mundo rural. Tan cierto como que las próximas elecciones se van a decidir en la Galicia urbana.

P. No sé si está usted dispuesto a admitir que el mito Beiras, en el que necesitaba creer mucha gente, se está destruyendo al chocar contra esa realidad, tan contundente, que se llama Manuel Fraga.

R. Bueno, si a mí se me constituyó en un mito me parece muy bien que se destruya, porque yo no quiero ser un mito sino alguien de carne y hueso con capacidad de liderar una alternativa contra lo que representa Fraga. Admito que Fraga es una realidad muy contundente, tan contundente como los cataclismos, pero no es una realidad imbatible como lo demostraron los resultados de las últimas elecciones municipales. En cualquier caso, lidero un proyecto que ha conseguido suscitar realidades y esperanzas, pero creo que el proceso que está en la sociedad es una realidad que me trasciende. No se trata de una confrontación entre líderes. Lo que importa ahora es que entre nosotros y el PSOE lograremos tener, conjuntamente, una mayoría absoluta en el Parlamento.

P. Intentarán que el PP pierda la mayoría absoluta. Con poco se conforman.

R. Si Galicia fuese un país políticamente normal, creo que hoy el PP y Fraga, como responsable de la acción del Gobierno de la Xunta, no podría tener una expectativa de voto superior al 10% o al 12%. Ya sé que es muy poco conformarse con que pierda la mayoría absoluta, pero es decisivo. Porque la clave está, precisamente, en aislar a Fraga. Eso abriría las compuertas para que pueda fluir una corriente que sintonice con un país diferente. Pero le diré una cosa, confidencialmente: yo me doy con un canto en los dientes con que, al menos, el Bloque haya llegado a donde ha llegado.

P. No sé si es posible imaginar siquiera un acuerdo postelectoral Bloque-PSOE, después de lo que ha llovido en el País Vasco.

R. En primer lugar, Galicia no es Euskadi. Y el Bloque es una fuerza política que no es homologable con ninguna otra en todo el Estado. No tenemos nada que ver con la izquierda abertzale, ni somos lo mismo que el PNV o EA. Pero, sobre todo, yo espero que el PSOE haya aprendido la lección del desenlace de las elecciones de Euskadi. La conclusión a la que debe llegar el PSOE es que le es indispensable no confundirse de enemigo en Galicia. Por lo tanto, los socialistas deben recoger la mano que le tendemos desde el Bloque para desplazar al PP y a Fraga del Gobierno gallego.

P. ¿Usted cree que de aquí a octubre las cosas habrán cambiado tanto para que los socialistas gallegos se atrevan a pactar con los nacionalistas?

R. Para llegar a un acuerdo de gobierno de coalición con el Bloque, en Galicia, sí. No depende ni siquiera de que las cosas cambien en Euskadi algo o nada. Todo depende de que se comprenda en el PSOE que Galicia no es Euskadi, y de que no hagan extrapolaciones equivocadas. ¡Si la dirección del PSOE comete ese error, allá ellos! Ya sé que algunos dirigentes del PSOE temen contaminarse de nacionalismo, pero creo que el riesgo que están corriendo los socialistas es el de contaminarse demasiado de los efluvios mortíferos de Aznar. Estar constantemente en los brazos del PP no me parece muy acertado.

P. ¿Y si los socialistas le pidieran que moderara más su discurso?

R. Eso me recuerda las exigencias de la cúpula del PSOE al PNV, incluso después de haber ganado las elecciones, de que abandonase el soberanismo, cuando el PNV, nunca, que yo sepa, le pidió al PSOE que abandonase el socialismo. En cuanto a la exigencia de moderación del Bloque, pregunto: ¿cómo se quiere que yo sea mas moderado, si tenemos enfrente a alguien tan absolutamente inmoderado como Fraga? ¡Que le pidan moderación a Fraga!

P. Pero usted sabe que le van a estar observando con lupa en esta campaña, que muchas cosas van a depender de cuántas veces clame por la independencia de Galicia.

R. De independencia no voy a hablar, de soberanía yo no voy a hablar, porque eso ya se sabe lo que es. ¡No tomo a los ciudadanos gallegos ni por idiotas ni por incultos! Voy a hablar de lo que interesa a los gallegos, de qué vá a ser de sus vidas si gobierna el Bloque. Seguramente que el PP va a intentar utilizar el espantajo de un Beiras radical y peligroso, pero eso ya no les funciona.

P. La cuestión es si a usted le van a dejar las manos libres sus propios batasunos... ¡Que haberlos, hailos!

R. Aceptando ese lenguaje que usted utiliza, aunque sólo sea a efectos de método, si a mí me dejaron mis batasunos, hasta ahora, conducir el proceso que va desde que el Bloque acatase la Constitución en el Parlamento de Galicia, a que en lugar de clamar aquello de PSOE, PP, os dos una merda é, ofreciese, reiteradamente, una propuesta de colaboración al PSOE frente al PP de Fraga, y llevara al Bloque por la senda de la moderación a la que antes nos referíamos... ¿por qué no me van a dejar que yo siga dirigiendo nuestro proceso político?

P. ¿Por qué se dice que usted sigue en libertad vigilada?

R. Esa visión oscura del Bloque pretende ignorar cosas importantes: es verdad que yo no soy un órgano unipersonal, con poderes claros dentro del Bloque. No soy presidente del Bloque, como Fraga en el PP de Galicia, ni soy un secretario general, como lo es Zapatero en el PSOE, y por eso se piensa que, al no tener poder, no tengo margen de maniobra. Pero es que hay que distinguir entre potestas y auctoritas, y eso es muy importante. En algunos casos, sin tener potestas, pero teniendo muchas auctoritas, se dirigen los procesos políticos de forma real. Además, lo importante es que, en la actualidad, la cultura política del Bloque es muy mestiza, ¡mucho!, y en él caben muchas gentes de ámbitos diversos que convergen en un proyecto común.

P. La cuestión está en saber si Emilio Perez Touriño, el secretario general de los socialistas gallegos, va a ser capaz de imponer un acuerdo con los nacionalistas gallegos.

R. Perez Touriño ya ha dicho explícitamente, aunque no de una manera rotunda, como él hace siempre, que ellos contemplan, preferentemente, un acuerdo con el Bloque ¡Eso ya está dicho en Galicia! Lo que está claro es que para sacar a Fraga del Gobierno no es verosímil que lo podamos hacer solos. Necesitamos caminar sobre dos piernas, necesitamos al PSOE. Ellos verán si quieren repetir el escenario de Euskadi, porque estoy seguro de que su gente no lo entendería, tampoco en Galicia. Pero estoy convencido de que habrá acuerdo entre el Bloque y el PSOE. Porque estamos condenados a entendernos.