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La planta IGCC, que pretende generar electricidad reciclando el residuo de la refinería de Petronor, con una inversión estimada de 161.000 millones de pesetas, se ha topado con un serio inconveniente. El proyecto, compartido al 50% por Repsol (propietaria de Petronor) e Iberdrola, ha perdido a ésta como socio. La eléctrica vasca anunció ayer, en una reunión con la prensa previa a la junta general de accionistas que se celebra hoy en el palacio Euskalduna de Bilbao, que las discrepancias surgidas con Repsol a raíz del fallido intento de fusión de Iberdrola con Endesa imposibilitan un acuerdo de colaboración por el momento.

Una portavoz de la eléctrica vasca quiso matizar posteriormente las declaraciones de un miembro del equipo directivo sobre el abandono del proyecto, alegando que la decisión no se había tomado aún y aquél está solamente parado. Sin embargo, José Luis San Pedro, director general corporativo de Control, Regulación y Servicios de Iberdrola, confirmó ayer la salida de la futura planta de Muskiz, después de que el presidente, Iñigo de Oriol, le señalara como el experto en la cuestión. Oriol hizo esta referencia tras las declaraciones del consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán, que lleva tres semanas en el cargo, anunciando que el proyecto estaba 'parado'. Iberdrola ha gastado, según un portavoz de la empresa, 772 millones de pesetas en el plan de viabilidad de la planta.

El consejero de Industria, Josu Jon Imaz, no quiso valorar la decisión de la eléctrica y señaló que el proyecto sigue liderado por Petronor. La empresa petrolera no se quiso pronunciar sobre el tema y decidió esperar hasta la próxima junta de accionistas.

Por otro lado, el Ente Vasco de Energía (EVE) anunció ayer que ya está listo el estudio de viabilidad y el acuerdo para realizar la conexión transfronteriza de la red vasca de gas con la francesa. La inversión de este enlace será de 20.200 millones de pesetas.