Los conflictos de competencias entre las autonomías y el Estado crecieron un 50% el año pasado

Pedro Cruz Villalón, presidente del Tribunal Constitucional, se quejó ayer del aumento de asuntos que llegan a esa institución, en especial conflictos de competencias entre el Estado y las comunidades autónomas, que en 2000 crecieron en un 50% sobre el año anterior, así como 6.762 recursos de amparo, más de 1.200 por encima de 1999, lo que representa 'el mayor crecimiento en la historia del Tribunal'.

Con motivo de la presentación de la Memoria del Tribunal Constitucional respecto a 2000, segunda que elabora el órgano máximo intérprete de la Constitución, Cruz Villalón ofreció ayer las grandes cifras que registran la actividad del órgano que preside e hizo una observación final sobre 'la situación del Tribunal Constitucional de optimismo moderado o templado'.

Cruz Villalón fundamentó esa observación en la perspectiva de que, a diferencia de anteriores ocasiones, en la próxima renovación parcial del tribunal -el 8 de julio cesan cuatro magistrados, entre ellos el propio presidente- 'se va a recuperar el estricto cumplimiento de la ley', así como en la prevista reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, proyectada en el Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia.

'El grifo' de asuntos

Junto a la preocupación por resolver los asuntos más antiguos, que son los de hace siete años, Cruz Villalón mostró su inquietud porque 'el grifo de asuntos no se cierra', a pesar de que, como reconoció, 'desciende la admisión de recursos de amparo, que si en 1999 fue el 4,7% de los ingresados, en 2000 bajó al 3,3%'.

Preguntado sobre si esa elevadísima inadmisión de peticiones de amparo, aunque alivie el atasco del tribunal, rebaja la protección de los derechos fundamentales, esencial para este tribunal, Cruz Villalón reconoció: 'Estamos en la frontera de inadmitir como manifiestamente infundados recursos que sólo están infundados'. Pero explicó que, en definitiva, eso se traduce en el rechazo de recursos de amparo que, en todo caso, nunca serían estimados, con lo que en lugar de resolverlos por sentencia se inadmiten.