Jaén desentierra viejas heridas

En los corrillos futbolísticos de Jaén no se habla de otra cosa más que de la visita del Betis el próximo domingo. Da igual que el equipo local haya garantizado su permanencia en Segunda División hace varias jornadas, que sea el mejor equipo de la categoría en el último tercio de la Liga o que lleve once partidos invicto y siete triunfos consecutivos en su feudo de La Victoria.

Los aficionados locales están viviendo el encuentro toda la semana como si fuera una final, como si el futuro de su club dependiera de ese choque. Y es que el Betis no es un rival cualquiera. Los jiennenses aseguran que hay cuentas pendientes por saldar y que piensan cobrárselas el domingo. Uno de los protagonistas, el entrenador local, Pedro Braojos, está encantado con el ambiente. De paso, este ex portero del Atlético de Madrid puede echar una mano a su antiguo equipo.

La deuda lleva 22 años archivada, pero estos días está siendo desempolvada por la prensa local. El caso, de la temporada 78-79, explica por qué ni la hinchada ni la directiva del Jaén consideran necesaria ninguna prima a terceros para incentivar a su equipo.

Aquel año, béticos y jiennenses coincidieron en Segunda División. El Betis, que había ganado la primera Copa del Rey, en la 76-77, descendió al año siguiente. En el partido de la primera vuelta, disputado en La Victoria, el Betis empató a dos goles gracias a un polémico penalti pitado a falta de dos minutos para el final por García de Loza, al que los aficionados esperaron varias horas a las puertas del estadio. La decisión provocó una gran polémica que, al final de temporada, fue empequeñecida por lo ocurrido en la segunda vuelta.

El 15 de abril de 1979, en el todavía Villamarín, se enfrentaron de nuevo el Betis y el Jaén. Los béticos perdieron por 1-2 pese al gol de Cardeñosa. La prensa de Jaén calificó la victoria como 'heróica'. Sin embargo, el Betis reclamó ante el Comité de Competición por alineación indebida del portero del cuadro jiennense, Espinosa.

El Jaén había incumplido, al incluirle en el once inicial, una normativa federativa que exigía que, si un futbolista jugaba en el primer equipo y luego, en la misma temporada, era cedido al filial, debían transcurrir seis meses antes de que volviera a jugar en Segunda Ése era el caso de Espinosa. El Comité dio la razón al Betis y decidió que el partido se repitiera en campo neutral. La sede elegida fue Córdoba.

En aquella batalla en los despachos, el Betis contó con la ayuda del presidente de la Federación Andaluza, el general de la Guardia Civil retirado Luengo, que antes había sido directivo del equipo verdiblanco. El tercer enfrentamiento entre béticos y jiennenses se celebró en El Arcangel el 9 de mayo. En la alineación del Betis figuraban nombres tan ilustres como los de Esnaola, Gordillo, Ortega, Alabanda o Cardeñosa. El equipo sevillano venció al modesto Jaén por 1-0, gol de Megido.

Aquellos tres puntos que, por azares federativos, pasaron del casillero del Jaén al del Betis contribuyeron al ascenso del equipo sevillano mientras que condenaron a su rival al descenso a Segunda B. En la capital jiennense no olvidan aquella temporada. Ya lo demostraron en la primera eliminatoria de la Copa del Rey de esta campaña, en la que eliminaron al Betis a partido único. El domingo, la grada volverá a recordar lo sucedido en Córdoba hace 22 años.