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Reportaje:

Tropezón de la BBC

La cadena considera 'injusta' su denuncia de acoso sexual a modelos en Elite

El prestigio de la BBC en investigación periodística cayó por los suelos esta semana con el abandono del pleito por difamación interpuesto contra la cadena de televisión británica por la agencia de modelos Elite. El fallido caso se centra en una serie de alegatos racistas y fanfarronadas sexuales que altos ejecutivos de la primera agencia del mundo, que ha tenido en sus filas a modelos tan populares como Linda Evangelista o Cindy Crawford, se dejaron grabar por la cámara oculta del reportero estrella de la BBC, Donal McIntyre. Sobre la base de estos comentarios, el reportero presentó una imagen de la industria de la moda como hervidero de abuso sexual de menores y otras prácticas deshonestas. Altos mandos de Elite dimitieron al día siguiente de la transmisión del programa, hace 18 meses, y la propia empresa inició trámites legales para limpiar su nombre.

La amenaza de un juicio por presunta intimidación de un testigo se cierne sobre la televisión británica

Pero el pleito no ha llegado a los tribunales. La noche del pasado domingo, los abogados de ambas partes enfrentadas alcanzaron un acuerdo confidencial que evita sacar a la luz los trapos sucios de la investigación de McIntyre y, quizá también, de la casa Elite.

La BBC ha aceptado, según el acuerdo, que 'Elite, como organización, previene y trata de proteger a sus modelos adolescentes de la explotación sexual u otros peligros potenciales (como las drogas ilegales)' y reconoce que esta cuestión 'no se reflejaba en el programa'. 'En lo que a este aspecto se refiere', continúa en un comunicado conjunto de las dos empresas, 'la imagen que se ofreció de Elite fue injusta'.

En el mismo texto, la casa de modelos 'acepta que los comentarios de algunos ejecutivos fueron ciertamente inapropiados'. Elite se adjudica la victoria moral en tanto que ambas partes reconocen que el programa de televisión 'no desveló ninguna explotación sexual de los modelos por parte de sus ejecutivos'. Por ello, han recuperado sus cargos el presidente en Europa, Gerald Marie, que la cámara captó ofreciendo aparentemente unas 60.000 pesetas por servicios sexuales a una periodista, que ocultaba su identidad, y su colega Xavier Moreau, que afirma en el programa que un estado africano sería 'un gran país si todos fueran blancos'.

Para la BBC la polémica continúa. Sobre la cadena se cierne un posible juicio criminal por presunta intimidación de un testigo, hecho que sus abogados niegan rotundamente. Este último coletazo del pleito afecta al productor Feisal Ali, quien supuestamente engañó y chantajeó a un ex empleado de Elite para que declarase ante el juez en contra de sus antiguos patronos.

El director de la BBC, Greg Dyke, tiene pocos motivos para sonreír. Sigue apostando por McIntyre, quien regresó esta semana a la pantalla con un programa sobre la ejecución de Timothy McVeigh y prepara una serie para el otoño. Pero al abandonar un pleito que la dirección prometió contestar hasta sus últimas consecuencias, se ha dañado el prestigio internacional de la institución como manantial de investigaciones informativas. Como satisfacción leve, la BBC no tiene, al menos, que indemnizar a la casa de modelos y debe correr tan sólo con las costas del proceso, estimadas en unos 265 millones de pesetas.

Al zanjar la denuncia de difamación en los despachos legales, las cintas de vídeo que grabó McIntyre y no se incluyeron en la edición final del programa no verán la luz. En ellas se centraba la ofensiva legal de Elite, cuyos abogados se disponían a alegar esta semana que la BBC manipuló las cintas, montó imágenes y declaraciones fuera de contexto y distorsionó en general la realidad.

La serie de reportajes McIntyre Undercover fue un éxito de audiencia, pero también un saco de polémicas. En el capítulo sobre Elite, la casa de modelos denunció el trato que se daba a la industria de la moda. En otro reportaje dedicado a un centro residencial de discapacitados, donde se denunciaban malos tratos, el propio periodista demandó a la policía de Kent, que habló de 'montaje selectivo' de imágenes. Las alusiones de malos tratos llevaron al cierre de la residencia de discapacitados, que las autoridades locales lamentaron poco después. Tan sólo el capítulo dedicado a los hooligans del fútbol inglés aportó un resultado satisfactorio con la detención y enjuiciamiento de dos cabecillas descubiertos por McIntyre.

Aspirantes a modelo desfilan en un concurso organizado por la agencia Elite el pasado septiembre.
Aspirantes a modelo desfilan en un concurso organizado por la agencia Elite el pasado septiembre.AP

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