La muerte del deporte
El ciclismo está muerto o moribundo o irreconocible, como gran parte de los deportes mercantilizados, robotizados, informatizados. (...) Las reglas de la mercantilización en el deporte se resumen en una palabra: ganar. Ganar para aumentar el mercado que lo sostiene. Pero, ¿qué hacer? El mercado debe continuar. Basta con observar a un ciclista en la línea de salida: la semejanza con un automóvil o un barco es evidente; etiquetas publicitarias por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, y cada una de ellas pide, es más, impone, sólo una cosa: ganar. (...) De vez en cuando surgen reacciones desordenadas, confusas. Un juez turinés se da a la caza de ciclistas dopados como si fueran mariposas. Pero, ¿qué lucha es posible si todos quieren ganar y todos inventan nuevos fármacos que no se pueden controlar? Porque el mercado es insaciable y tanto las carreras como los partidos se multiplican y las temporadas se alargan. (...) Hay ciclistas que se tragan devastadoras carreras por etapas como cerezas, la vuelta a Italia, Francia, Suiza, España...
En San Remo se ha encontrado un interminable muestrario de medicinas que 'no dejan sentir el cansancio', violando el principio fundamental del dolor que advierte sobre el peligro de lesiones y de desgaste del cuerpo. Basta con seguir una etapa contrarreloj y ver a qué velocidad increíble van incluso los ciclistas más modestos para saber que tienen un carburante especial en el cuerpo. Y los ciclistas saben a qué desgaste están sometidos.
Giorgio Bocca. Roma, 8 de junio
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.