Los abandonos de Cacho y Estévez animan la polémica en medio fondo
La temporada del medio fondo comienza con las mismas señales que la anterior, lo que significa polémica y conflicto. En Sevilla, José Antonio Redolat fue el mejor español en los 1.500 metros, en los que se vivieron escenas conocidas. Reyes Estévez y Fermín Cacho abandonaron en una carrera exigente, pero no suicida, con la tropa de kenianos dirigiendo las operaciones en plan militar. Todo estaba preparado para la victoria de Noah Ngeny, el que derrotó al marroquí El Guerruj en la final olímpica de Sydney, pero el ganador fue Bernard Lagat, un buen especialista que hasta ahora ha ejercido de secundario.
Lagat venció con 3m 33,80s, registro más que aceptable a estas alturas del año. Sin embargo, la mirada estaba puesta en el rendimiento de Estévez, Cacho, Redolat, Andrés Díaz y Juan Carlos Higuero, por primera vez juntos desde el célebre Campeonato de España, en el que la Federación decidió prescindir de Estévez para los Juegos Olímpicos. Por lo que parece, la situación tiene pinta de reproducirse. Redolat, que entonces se ganó la plaza en medio de una controversia que le afectó visiblemente, terminó el cuarto (3m 35,54s) con una interesante progresión en la segunda parte, justo en el momento en el que se observaron las carencias de Cacho y Estévez.
Cacho ocupó siempre el último puesto, en medio de unas enormes dificultades para hacer la goma. Prefirió retirarse antes que padecer un calvario. Estévez decepcionó. Perdió el paso poco a poco y tomó la misma decisión que Cacho. Dijo que había sentido molestias en el tendón y no quería arriesgarse a una lesión, pero su retirada anima la polémica que le acompaña en los últimos meses. De gran clase, el mejor de los actuales mediofondistas españoles, se niega a establecer su jerarquía, con las consecuencias que eso tiene sobre su trayectoria y la estabilidad del atletismo español, sometido a un conflicto permanente en torno a él.
La tarde alcanzó un excelente nivel -el británico Dwain Chambers ganó los 100 metros con 10,01s-, especialmente por parte de algunos jóvenes españoles. No fue el día de Manolo Martínez, ganador en peso con 20,61 metros, a casi medio metro de su reciente récord nacional. 'Me sentí agarrotado y tuve un cabreo de primera. Enseguida me dí cuenta de que con los cabreos no se va a ninguna parte', declaró la nueva estrella.También destacaron Antonio David Jiménez, que se anuncia como el nuevo fenómeno en los 3.000 metros obstáculos. Con 8m 11,58s, logró la segunda mejor marca española de la historia, después de rebajar su mejor registro en nueve segundos. Al nivel de la marca se añade la juventud del sevillano, 24 años, lo que permite elucubrar sobre su margen de progresión y quizá sobre su candidatura a acercarse a la frontera sagrada de los ocho minutos.
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