Miedo
El pasado 29 de mayo, aturdida y decepcionada, he descubierto que España es todavía menos democrática de lo que pensaba. Ésta no es una carta para denunciar al banco africano, es una denuncia al miedo, al miedo que he sufrido por ver a un muchacho temblar por tener a dos policías persiguiéndole como si fuera un delincuente, miedo por una carga policial que impedía formar una cadena humana pacífica que rodease el Palacio de Congresos, miedo por el helicóptero que rondaba por encima de nuestras cabezas, por los caballos que estaban frente a mí, por tener un carnet de identidad y no sentirme segura, miedo, al fin, por decir lo que pensaba y sentir lo que decía.-
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