Autoedición
'La posibilidad de que un autor desconocido y sin padrinos llegue a publicar un libro es tan remota como que un rico entre en el reino de los cielos'. La irónica y devastadora observación procede de la directora de una de las editoriales más importantes de este país. Se puede decir más alto, pero no más claro. Porque, a pesar de esa falsa apariencia de que hoy en día se publica casi todo, lo bien cierto es que sólo la obtención de un premio literario o los avales de algún escritor consagrado permiten entrar en el mundo de las novedades literarias. Cientos de manuscritos de aspirantes a escritor llegan todos los meses a las editoriales, a las revistas y a los periódicos sin mejor destino que la papelera o, en el mejor de los casos, una protocolaria carta rechazando la publicación. 'Los nuevos ejecutivos de las editoriales no convencen con buenos libros, sino con descuentos para grandes superficies vendidos a peso'. Difícil hallar una definición más exacta de la situación de la literatura que la expresada hace un par de años en Madrid por Peter Weidhas, el que fuera director de la Feria del Libro de Francfort.
¿Qué opción les queda, pues, a muchos autores? O bien el esfuerzo inútil que conduce a la melancolía o bien el recurso de la autoedición, de sufragar la edición de sus propios libros. A esa solución ha llegado, por ejemplo, el valenciano Jorge Vera de Leito Aparici que se ha visto obligado a costear la edición de Defensa aérea republicana. Artillería y refugios. Coescrito con su padre y dedicado a la memoria del capitán artillero Antonio Vera, el libro representa una aportación fundamental y documentadísima a un aspecto casi desconocido de la historia de aquellos años tan decisivos. Representa un caso más en un panorama cultural donde ya prima más el negocio que la educación, el espectáculo de los escaparates que el contenido de los libros, el circo de las promociones que los debates de fondo... Conviene volver a Peter Weidhas que sentenció de este modo el estado de la cuestión: 'El mundo de la literatura se ha trasladado del salón a la Bolsa'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.