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Reportaje:

El precio de un permiso de residencia

Abbes Ouabbi logra 'papeles' tras perder una mano en un accidente laboral

A Abbes Ouabbi, un joven marroquí de 23 años, le ha costado la mano izquierda conseguir un permiso de residencia en España. Ha tenido que padecer un accidente laboral mientras trabajaba en el campo para que la burocracia le haya arreglado en menos de un mes la documentación que hará que deje de ser un sin papeles. Además, por esa misma mano que ya no tiene cobra una prestación de 3.884 pesetas al día. Por el mismo accidente que conllevó la amputación padece unas secuelas psicológicas que le hacen estar inseguro y asustado.

Abbes Ouabbi se quedó sin mano el pasado 5 de mayo cuando trabajaba en la finca del empresario de Jaén Antonio Rutete manipulando una máquina picadora de ramas de olivo. Desde el día 28 de febrero trabajaba con él, sin documentación, como otros seis inmigrantes irregulares, y en la jornada del accidente tenía que 'darse prisa' porque el empresario quería un trabajo rápido para poder desplazarse hasta otra finca y continuar con los trabajos de limpieza del olivar.

El mismo día del accidente fue, casualmente, dado de alta en una mutua, que ahora corre con los gastos de la incapacidad laboral. Ouabbi está hoy en Sevilla, alojado en un hotel de cinco estrellas pagado por el sindicato Comisiones Obreras. También a costa de su mano izquierda va a conocer 'algunas de las cosas buenas que tiene este país'. Ha viajado para que le hagan el examen médico que decidirá si se le concede una invalidez permanente, lo que le supondría cobrar al año 1,5 millones de pesetas como pensión vitalicia.

'No tengo futuro, ni en mi tierra ni aquí', se lamentó ayer Ouabbi, sumido en un trauma 'bastante grave', según el sindicalista de CC OO que ayer hizo de traductor ante la prensa. En España está solo, sin familia, pero insiste en que es el lugar en el que quiere seguir residiendo. Eso sí, compatibilizando su estancia con visitas a su país para estar con su familia.

Ouabbi desembarcó, como miles de inmigrantes sin documentos, en una playa de Tarifa después de pagar por su viaje en patera más de 350.000 pesetas. Llegó en diciembre de 2000, y las redes mafiosas que trafican con los africanos -'la cosa está bien organizada'- le ofrecieron viajar hasta Jaén para trabajar en la aceituna. Su primer empleo fue con Antonio Rutete y, de momento, será el último durante una larga temporada.

'La gente en Marruecos sabe que hay muertes al cruzar el mar, pero decidimos arriesgarnos para mejorar nuestro nivel de vida', explica Abbes. Esas supuestas mejores condiciones de vida no las encontró durante su experiencia profesional. Vivía compartiendo un piso del empresario junto a seis compañeros, y ahora no tiene ni tan siquiera un techo.

Desde que fue dado de alta en el hospital se ha tenido que conformar con la generosidad del Ayuntamiento de Jaén que le ha permitido, de forma excepcional, dormir en el centro de transeúntes. El joven marroquí ha interpuesto una denuncia penal en los juzgados de Martos y el próximo día 13 tendrá que acudir para prestar declaración. CC OO también ha interpuesto una denuncia ante la Inspección de Trabajo para que se investigue el accidente, pero hasta el momento ningún inspector se ha presentado en la empresa.

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