'Seré más reconocido cuando me retire'
Hierro ha conseguido en partidos oficiales 23 de los 27 tantos que le convierten en el máximo goleador de la selección española
La selección española le debe 27 goles a Fernando Hierro, un defensa sin vocación y con entrañas de delantero. Un mariscal tan capaz y con tanta clase que ha dinamitado la lógica más primitiva y desde el pasado sábado copa los almanaques del fútbol español como el máximo goleador internacional de todos los tiempos, por encima de conspicuos pistoleros como Butragueño (26 tantos en 69 partidos) y Di Stéfano (23 en 31). Hierro lo ha conseguido en 79 encuentros y le quedan dos telediarios para convertirse también en el jugador de campo con más internacionalidades, registro que mantiene Camacho con 81 -la marca absoluta es cosa de Zubizarreta con 126-.
'Ya me ha dicho el míster que no me alineará más', dijo ayer con sorna el capitán español, que tiene muy claro que viene por detrás un fórmula 1 que pulverizará todas sus marcas: Raúl, que con diez años menos que el malagueño lleva recaudados 20 goles en 45 partidos. Incluso, aunque reconoce que el listón de Zubi está 'muy lejano', se atreve a deslizar: 'Si a Raúl le respetaran las lesiones...'.
El andaluz quita hierro al asunto de su pichichi y reconoce que él mismo no le concede demasiada importancia: 'Se la daré cuando termine mi profesión, aunque es evidente que tiene mérito porque he pasado la mayor parte de mi carrera como defensa, aunque yo jamás me he considerado como tal'. A la velocidad que gira la noria futbolística, sin aliento para la perspectiva, Hierro advierte de que será aún más valorado cuando empaquete las botas. 'No me planteo ser o no reconocido, porque creo que siempre lo eres más cuando te retiras; hoy día hay tal vorágine de partidos e intereses que no hay tiempo para reconocerte tanto, y a mí me gusta vivir el presente y el futuro inmediato'.
Desde su bautismo internacional, ante Polonia en septiembre de 1989, pasó más de un año hasta que consiguió su primer gol. Sucedió en el Sánchez Pizjuán, en un estruendoso España-Albania (9-0) celebrado en diciembre de 1990. Pero no fue, ni mucho menos, el tanto más valorado por Hierro, que encumbra otro sobremanera: 'El que metí a Dinamarca y nos clasificó para el Mundial de Estados Unidos'. El malagueño ha resuelto ocho penaltis y en su hoja de servicios hay otro dato más que elocuente: de sus 27 goles, sólo cuatro los ha conseguido en amistosos, todos los demás en partidos oficiales, lo que revaloriza su gesta.
A sus 33 años, el capitán de la selección lleva en la mochila tres Mundiales -1990, 1994 y 1998-, dos Eurocopas -1996 y 2000- y cuatro generales -Suárez, Miera, Clemente y Camacho-. Si no hay baches físicos en su carrera, Hierro participará el próximo año en su sexto campeonato en la élite, sin duda, su última oportunidad de brindar por primera vez en un gran escaparate: 'Me falta hacer algo grande con la selección y de cara al Mundial me gustaría que tuviéramos más tiempo para prepararlo, que se ajustara mejor el calendario'. El torneo comenzará el 31 de mayo, apenas quince días después de terminadas las competiciones domésticas y europeas. Para el año que viene es muy probable que Hierro haya engordado más aún sus majestuosas cifras -con el Madrid ya lleva un centenar de goles- y reivindique de nuevo, como viene repitiendo desde el siglo pasado, sus viejos latidos: 'Tengo alma de delantero'.
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