La Feria
En nuestra adolescencia, las colas más sonoras de la Feria las protagonizaban José María Gironella con su millón de muertos y José Luis Martín Vigil con sus novelas para adolescentes. Gironella era una especie de rojo bueno (o de franquista malo), mientras que José Luis Martín Vigil tenía algo de morboso catequista. Nadie se acuerda de ellos pero en su día fueron los autores más leídos. Hoy sabemos los libros que se compran, pero ignoramos los que realmente llegan a leerse, que deben ser muy pocos. Hay quien compra los libros por el color de la cubierta, por el título o por la editorial. Y hay muchos compradores que únicamente leen el nombre del autor en la portada. Todo es cuestión de fe. La misma fe a la que uno se aferra cada vez que escribe un libro y lo lanza al mercado como quien lanza una botella al mar. Quienes tenemos la osadía y el gozo de escribir sabemos que lo hacemos, casi siempre, en medio de un naufragio.
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