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Columna
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De medio en medio

Euzkadi es la patria de los vascos, dicen que dijo, aunque la verdad es que yo nunca me he preocupado por comprobar la autenticidad de ese aserto que viene a ser una orden. Pero debió de dejarlo escrito en algún sitio, y lo cierto es que la sentencia funciona, al menos para algo más de la mitad de los vascos. Para esa mitad, el verbo ser se conjuga de manera obligativa, y 'es' quiere decir en realidad 'debe ser'. Es lo malo de ese verbo, que cuando se lo conjuga asume siempre una carga incoativa que en los demás verbos no suele ir implícita, sino que suele requerir la ayuda de otro verbo para conformar una formulación perifrástica. No es lo mismo decir 'Juan tiene una moto', que decir 'Juan debe tener una moto'. En la primera oración en ningún caso está contenida la segunda, de manera que yo no puedo inferir de que Juan tenga una moto que deba tenerla. Para dar a entender esto último, tengo que formularlo explícitamente de esta manera: Juan debe tener una moto, o Juan debe comer el puré, etc.

Con el verbo ser, en cambio, las cosas no funcionan de la misma manera. Conjugado en presente de indicativo, el verbo ser se dice de una vez y para siempre. Si decimos que Juan es pelirrojo, no estamos afirmando que lo sea ahora, en este momento, sino que lo ha sido y lo será. Cabe, en ese caso, que lo predecible de esa afirmación no se cumpla en el futuro, pues bien puede ocurrir que Juan se quede completamente calvo, o que con la edad encanezca. Y es que al verbo ser, cuando se dice de lo que es contingente y mudable, le suele ocurrir eso a veces, que queda en ridículo. Y no es un verbo al que le guste quedar en ridículo, de ahí que realice esfuerzos denodados por borrar toda contingencia y por volver todo lo mudable en inmutable. Al verbo ser, cuando se atreve a decir que 'Juan es pelirrojo', le gustaría de hecho que nunca se le cayera el pelo ni se volviera canoso. Tiene, pues, una cierta tendencia a decir debe ser cuando dice es, tendencia que en este caso puede resultar de agradecer, unque no tenga mayores consecuencias, pero que en otros casos no lo es tanto.

Pues hay cosas que son contingentes por fatalidad, como el cabello pelirrojo de Juan o las manzanas que debió comer Juan pero se pudrieron, si bien hay otras que parecen no serlo y el verbo ser contribuye mucho a dar esa impresión. La vida, por ejemplo, la vida a secas, la suya y la mía, ha sido y es objeto de discusión por ese motivo. Quitemos lo de pelirrojo en el caso anterior y dejemos que el verbo ser se atreva, como lo hace en cuanto se toma un par de copas, y diga: 'Juan es'. ¿Dónde se acaba la resonancia de ese 'es'? En ese 'es' va ya encerrado el imperativo del debe ser, aunque habrá quien me objete que en ese 'es' no resuena imperativo alguno sino un puro paseo real por los espacios estelares. El deber ser sólo afectaría a lo contingente y en 'Juan es', Juan no lo sería.

Pero retornemos al principio, y veremos que ese 'Euzkadi es la patria de los vascos' es equivalente a la expresión 'Euzkadi es pelirroja' -mal que le pese a Begoña Errazti-. Ahí no decimos 'Euzkadi es', sino que es pelirroja o barbilampiña, que lo mismo da. ¿Se trata de una expresión contingente, como ocurría en el caso de Juan, y también en este caso Euzkadi se puede quedar calva o encanecer? En definitiva, ¿puede Euzkadi no ser la patria de los vascos? Ni por pienso. Jamás de los jamases podrá no serlo. He ahí pues una contingencia deshecha, una posibilidad que no debe ocurrir. Luego si eso no debe ocurrir, es evidente que debe ocurrir lo contrario, y ahí tienen ustedes cómo 'Euzkadi es la patria de los vascos' y 'Euzkadi debe ser la patria de los vascos' son dos expresiones equivalentes.

A eso se le llama una exposición de fines -legítimos, por supuesto-, y es que todo 'deber ser' apunta siempre a los fines. Los medios, luego, pueden ser variopintos. Ahora les transcribo una noticia: 'ETA asegura en su boletín interno Zutabe, que el sindicato ELA, en 1996, un año antes de que declarara que el Estatuto de Gernika estaba muerto, puso una condición para trabajar de forma común 'entre abertzales' y a favor de la soberanía: 'Que no hubiera acciones en el frente de las cárceles ni contra ertzainas'. A usted y a mí nos abandonaban a la eterna soledad del ser que es y bien podían regalarnos un paquete bomba. ¿Medios, fines? Ustedes dirán.

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