Los 24 nigerianos de Ceuta agotan los recursos contra su repatriación
Permanecen internados en centros cerrados de Valencia y Murcia
Un grupo de 11 inmigrantes está en el centro de internamiento de Murcia y los otros 13 en uno de Valencia. Todos recurrieron sus órdenes de expulsión hace varios meses. Pero este tipo de apelaciones tardan más de un año en resolverse y no paralizan la repatriación. Por eso los 11 retenidos en Murcia y uno de los que permanecen en Valencia han recurrido también sus órdenes de internamiento. La tramitación de esta nueva apelación tampoco paraliza el proceso, pero se resuelve en cuestión de días.
Las esperanzas de que el juez se pronuncie favorablemente a las peticiones de los inmigrantes son escasas. Lo demuestra el caso de Joseph Locky, uno de los detenidos de Valencia. Médicos Sin Fronteras (MSF) intenta parar su repatriación alegando que está sometido a tratamiento de rehabilitación y en espera de pruebas médicas, a causa de una herida de arma blanca en el antebrazo derecho. Ayer, un juez de Ceuta denegó su recurso contra la orden de internamiento. Su abogado tiene intención de recurrir, pero el tiempo juega en contra de Locky porque la expulsión, aunque sin fecha fija, se producirá en los próximos días, según fuentes policiales, y el recurso no podrá ser interpuesto hasta el lunes. Por ese motivo, MSF tiene previsto solicitar hoy el asilo por razones humanitarias.
La desesperación llevó a los internos de Murcia a ponerse en huelga de hambre y sed. 'El médico nos ha dicho que debemos comer, pero no lo vamos a hacer', dijo el jueves Segun Taiwo, 'porque preferimos morir aquí que volver a Nigeria'. Esa misma noche su abogado les convenció para que se alimentaran por temor a que el deterior de su salud acelerara la repatriación.
Desde Valencia, Unokanjodi Félix se queja de que les han retirado los teléfonos móviles. Teme su vuelta a Nigeria, porque 'los que se llevaron la otra vez [se refiere a sus 36 compañeros del CETI de Ceuta repatriados desde Málaga en la madrugada el día 15] tuvieron que pagar a la policía nigeriana para ser libres, y yo no tengo dinero'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
