Desarticulada en Oropesa una banda dedicada a la extorsión y la falsificación

La Guardia Civil desarticuló ayer una banda dedicada a la extorsión y a la falsificación, según las primeras investigaciones, con la detención de dos de sus miembros, apresados en Oropesa y Benicàssim. Los agentes liberaron además a una persona que había sido supuestamente secuestrada. La operación se inició con una llamada anónima que alertaba de la retención de una persona, en un club de alterne cerca de la localidad de Oropesa. Cuando los agentes llegaron al lugar, el retenido se encontraba en el exterior del club y explicó que había sido secuestrado y amenazado de muerte con un arma tipo subfusil. La persona retenida resultó ser C. F. N., natural de Camerún y vecino de Valencia, al que le fue diagnosticado, según el parte médico, contusión craneal y costal con posible fractura o fisura costal.

Con una orden de registro emitida por el titular del juzgado número 3 de Castellón, los agentes entraron en el local y detuvieron a uno de los presuntos autores del hecho, reconocido por la víctima, un hombre de 36 años, nacido en Marruecos, con carta de identidad italiana y antecedentes delictivos. Además, desalojaron a ocho mujeres y cuatro menores, hijos de una de ellas. Una hora más tarde, los efectivos de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Castellón arrestaron a otro ciudadano marroquí, de 33 años, que también cuenta con historial delictivo, en los apartamentos Olimpia III de Benicàssim.

Al parecer, todo comenzó con un encuentro en el aeropuerto de Valencia. Tras una discusión, y sobre las 23 horas, los presuntos secuestradores se llevaron a la fuerza a uno de sus interlocutores. El amigo del retenido les siguió hasta el término municipal de Oropesa, donde percibió que era conducido hasta el citado club de alterne. Poco después realizó la llamada alertando a la Guardia Civil.

Durante el registro, la Guardia Civil encontró, en un aljibe, a unos cuatro metros de profundidad, un subfusil tipo metralleta con culatín despegable de calibre 9mm, recuperado gracias a la actuación de un equipo de submarinistas. Además, se intervinieron un machete, un chaleco antibalas, numerosos paquetes de recortes de papel blanco tamaño billete, y botellas con reactivos, todo ello probablemente destinado a su utilización en falsificaciones.