Pateras frente a patrulleras: el peligro de abarloar
'La mar estaba echada, como pocas veces la hemos visto. ¿Cómo pudo pasar una cosa así? Creer no es saber, pero los pescadores creemos que hubo un error'. Así resume un marinero de Lanzarote las conjeturas de sus compañeros acerca de la tragedia del miércoles. El silencio impuesto por la Guardia Civil a los agentes que participaron en la interceptación de la patera anima a las cábalas.
El mar estaba tranquilo y había un cuarto de luna en el cielo. ¿Qué pudo pasar? Las suposiciones de los pescadores coinciden en lo esencial con algo que se habló la semana pasada en un congreso sobre inmigración celebrado precisamente en el municipio de Pájara, a pocos kilómetros del lugar del naufragio. Las patrulleras tienen una gran potencia. Sus máquinas producen una marea considerable. Una patera cargada de gente sólo asoma del agua 20 centímetros. Por eso la patrullera debe parar los motores y deslizarse hasta la patera muy despacio, con mucho cuidado. A esa maniobra le llaman abarloar. Y es delicada. El menor descuido puede provocar una ola que entre en la patera o que incluso llegue a volcarla.
Los marineros de Fuerteventura han visto maniobrar a las patrulleras. También han visto llegar muchas pateras. Por eso se atreven a aventurar una reconstrucción de lo sucedido.
Ésta es su teoría. La patrullera se acercó a la patera con demasiada fuerza y provocó una marea que superó la borda de la embarcación de los inmigrantes. Estaban asustados. Al verse invadidos por el mar, su miedo se convirtió en terror y se pusieron en pie. El movimiento, como afirma la Guardia Civil, desequilibró la barca y provocó su vuelco.
'Nosotros creemos que todo ha sido consecuencia de una mala maniobra de la patrullera. De otra forma no se explica', insisten los marineros de Fuerteventura. Ellos creen. Pero creer no es saber.
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