Dos sindicatos critican el seguidismo que practica el consejo de Bancaixa de la política del Consell
El presidente de Bancaixa, Julio de Miguel, recordó en su intervención ante la asamble al recientemente fallecido ex presidente de la caja José María Simó Nogués. De la gestión de la entidad, De Miguel apuntó que la absorción de Caixa Carlet había que enmarcarla en la tendencia a la concentración que vive el sistema financiero español. 'Para Bancaja supone solidarizarse con una caja de ahorros valenciana (...), al tiempo que contribuimos a la reordenación del mapa financiero valenciano', dijo el presidente a la asamblea.
Éste anunció crecimientos moderados del volumen de negocio y márgenes de intermediación estancados o en descenso ante un panorama económico previsto menos dinámico que en años anteriores.
El informe del director general, Fernando García Checa, destacó la mejora de posiciones del Grupo Bancaja en 2000, y resaltó como retos más inmediatos el mantenimiento de las cuotas de mercado ante una presión comercial creciente de los competidores.
Después de las intervenciones y los informes del presidente y director general de Bancaixa, tomaron la palabra varios consejeros para pedir explicaciones sobre alguna operación reciente aprobada por el grupo. Uno de los consejeros generales, en representación del PSPV, preguntó por el préstamo concedido hace pocas semanas por Bancaixa al Valencia C. F. por importe de 7.000 millones de pesetas. El consejero se interesó por el grado de riesgo de la operación y el presidente respondió que no se vieran fantasmas en esta operación porque estaba debidamente respaldada.
También preguntó otro consejero general de la caja por la nueva marca de banca personal del grupo, Fidenzis, ante el peligro de 'bancarización' hacia el que podía avanzar la caja de ahorros. Representantes de UGT y CC OO, -estos últimos anunciaron que votarían en contra de la gestión del consejo de administración-, criticaron al órgano de gobierno por practicar 'seguidismo de la política del Gobierno valenciano, tanto en inversiones como en la Obra Benéfico Social (OBS). Sate, sindicato mayoritario del grupo, criticó como los anteriores la política laboral de la entidad.
Al final, tras la votación de la gestión, ésta salió adelante por mayoría, aunque se registró una veintena de votos en contra.
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