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España y Canadá se comprometen a tener relaciones pesqueras armoniosas

Aznar defiende la autonomía de la flota en aguas internacionales

La llamada guerra del fletán negro (una variedad de lenguado), que se desató después de aquel incidente, quedó formalmente zanjada pocos meses después, a raíz de que la Unión Europea y Canadá cerraran un acuerdo de pesca que dejó profundamente insatisfechos a los armadores gallegos. Pero el recuerdo de aquella extralimitación canadiense en materia de soberanía ha seguido pesando sobre las relaciones entre Madrid y Ottawa, y ello explica que los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Josep Piqué y John Manley, se reunieran recientemente en Bruselas para consolidar la resolución del conflicto.

El motivo de su encuentro no era otro que preparar el clima para que la visita que ayer inició el presidente del Ejecutivo español pueda cumplir el objetivo enunciado por su homólogo canadiense, Jean Chrétien, de 'ampliar y profundizar' los lazos entre los dos países.

Piqué y Manley sentaron en su reunión el compromiso, reiterado ayer por Aznar y Chrétien, de 'cooperar con el propósito de alcanzar unas relaciones pesqueras armoniosas' basadas en el principio de que 'los recursos pesqueros deben explotarse de forma sostenible y responsable'. Con ese objeto, los dos países mantendrán un sistema de estrechas consultas y colaboración en el marco de normas como la Convención de la Organización de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar de 1982 o el Acuerdo de Nueva York sobre conservación y ordenación de poblaciones de peces transnacionales.

El objetivo de estas declaraciones es enterrar el conflicto, a pesar de que el Estai sigue teniendo todavía diligencias judiciales pendientes en Canadá, y mirar por el desarrollo de las relaciones en campos de futuro.

En ese sentido, se orienta la visita que el presidente español hará hoy al David Florida Laboratory de la Agencia Espacial Canadiense, un organismo que ya ha cooperado con la empresa aeronáutica CASA y que tiene proyectos para Hispasat en los que podría colaborar la consultora española Sener.

[Las relaciones comerciales entre España y Canadá, que tienen un producto interior bruto y unas tasas de crecimiento similares, recibieron un fuerte impulso durante los últimos cinco años, periodo en el que el volumen de intercambios se incrementó en un 33%, informa Efe. Al auge del comercio bilateral se suma un avance de las inversiones canadienses en España y el aumento de la presencia de empresas españolas en el país norteamericano, con una inversión directa que ha pasado de los 56.000 millones de pesetas en 1999 a los 75.000 millones del año pasado].

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