Cae otra barrera mítica

Se esperaba al estadounidense Dan O'Brien, pero se quedó a 19 puntos en 1992 (8.891), después de no clasificarse para los Juegos de Barcelona. Fue uno de sus grandes fiascos cuando parecía el más predestinado para superar una de las barreras míticas del atletismo, los 9.000 puntos en decatlón. Después apareció el checo Tomas Dvorak, menos espectacular y más seguro, pero le faltaron sólo seis. Hizo 8.994 en vísperas de Sevilla 99, y no logró luego superarse en los Mundiales. La barrera se resistía. Y ayer, viniendo de atrás, quien logró el prestigioso récord mundial que pasará a la historia fue otro checo, Roman Sebrle. Alcanzó los 9.026 puntos y se convirtió en el atleta más completo: el más rápido, el que más salta, el que más lanza y, por supuesto, el más resistente.

Fue en la ciudad austriaca de Goetzis donde se disputa cada año una de las importantes reuniones clásicas de pruebas combinadas. Sebrle cumplirá el 26 de noviembre los 27 años (Dvorak acaba de llegar a los 29). Mide 1,86 metros y pesa 88 kilos. Nació en Lanskrun, localidad al este de Praga y muy cerca de la frontera polaca, pero pertenece al Dukla de la capital, el tradicional club del ejército.

Fuera de tiempo ya O'Brien y acosado por las lesiones Dvorak, que incluso en la primera jornada de Goetzis se resintió en el salto de altura y acabó con sólo 8.527 puntos, Sebrle confirmó su plata olímpica en Sydney 2000 y su oro en el heptatlón de los Mundiales de pista cubierta de Lisboa, el pasado marzo. Hizo ya el sábado un primer día muy bueno: 10,64s en 100 metros; unos espléndidos 8,11 metros en salto de longitud, récord personal; 15,33 en lanzamiento de peso; otros magníficos 2,12 en salto de altura, y 47m 79s en 400 metros. Eso le supuso 4.675 puntos, ligeramente por delante de la plusmarca mundial anterior de Dvorak. La clave estaba en su punto débil, el salto con pértiga, en la segunda jornada. Pero subió hasta unos suficientes 4,80 metros, tras volar antes en los 110 metros vallas en 13,92s y lanzar 47,92 metros en disco. Después, también brillló con 70,16 metros en lanzamiento de jabalina y necesitaba sobre 4m 22s en los extenuantes 1.500 metros finales para batir el récord. El húngaro Attila Zsivotzky, hijo de Gyula, el legendario ex plusmarquista mundial y campeón olímpico (México 68) de lanzamiento martillo, marcó el ritmo adecuado y Sebrle se lo agradeció después, porque con 4m 21,98s le sirvió para acabar sumando 26 puntos más de la mítica barrera de 9.000. El estonio Erki Nool, campeón olímpico, quedó en sólo 8.604.