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TIROS LIBRES | Cuartos de final de la Liga ACB | BALONCESTO
Columna
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Abismo

La rapidez y facilidad con la que los cuatro favoritos han logrado su pase a las semifinales ha venido a confirmar lo expuesto durante la temporada regular. La ACB está dominada con meridiana claridad por cuatro equipos, separados a muchos cuerpos de ventaja del resto en términos de calidad, ambición, aciertos en los planteamientos y también, y todo hay que decirlo, capacidad económica. La brecha entre Barça, Madrid, Tau y Unicaja y el resto, intuida a lo largo de los últimos meses, ha sido más evidente si cabe en cuanto hemos tenido la oportunidad de ver simultáneamente a estos cuatro equipos ante los siguientes en el escalafón.

Buscándole tres pies al gato, los cuartos de final nos han dejado el paso del huracán Carlisle. El fichaje de urgencia del Estudiantes ha hecho algo ciertamente complicado: en pocos días se convirtió en el santo y seña de los madrileños, el flotador al que se acogieron, la mano a la que se encomendaron. Todo lo demás pasó a un segundo término. El resultado no podía ser otro, pues si el tal Carlisle fuese capaz de echarse a un equipo a la espalda y plantar cara durante cuatro partidos seguidos a una estructura granítica como la del Tau, pues no sé muy bien qué pinta por estos lares sin trabajo fijo en el mes de mayo. El hombre hizo lo que pudo, que fue muchísimo en el segundo partido y bastante menos en los dos celebrados en Madrid. Lo intentó todas las veces que pudo y otras tantas que no debía, pero no se le puede pedir peras al olmo. Lo que sí se le podía pedir al Estudiantes es que su solidez como equipo fuese un poco más consistente para no tener que convertirse en rehén de un recién llegado. Mal final e inmerecido para Pepu Hernández, que abandona un proyecto que atraviesa una crisis existencial complicada. Por un lado los jugadores nacionales parecen faltos de motivación, como adocenados en un equipo en donde la exigencia no es extrema ni mucho menos. Por otro, la elección de los extranjeros ha sido mala y en ningún caso han aportado rasgos diferenciales sustanciales. En el fondo y en las formas, el club necesita una revisión profunda si no quiere acabar siendo un mero acompañante sin peso específico en la competición. Sería una lástima.

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