El conocimiento es negocio
De pequeña academia a potente grupo de consultoría
'Crecer es anticiparse a los cambios y ofrecer soluciones eficaces a las nuevas demandas'. La autopropaganda de Grupo Vértice pone al descubierto la verdad. Si hay alguna razón que explique el éxito de este grupo empresarial malagueño, nacido de una pequeña academia para impartir clases de recuperación y convertido 20 años después en un complejo entramado de 11 sociedades que facturaron el año pasado 2.400 millones de pesetas, ha sido la oportuna visión de sus promotores sobre las exigencias de la nueva sociedad surgida en estas dos décadas y que tiene en el conocimiento y el desarrollo tecnológico algunos de sus principales pilares.
'Nuestro acierto ha sido prestar servicios que han sido de utilidad', asegura Juan Cruzado, director general del grupo y uno de sus tres fundadores. 'En 1992 sabíamos que se tenía que producir una revolución en la formación de los trabajadores que debido a los cambios tecnológicos se estaba quedando obsoleta', cuenta.
En 1979, Cruzado fundó con Jesús Gallardo y Manuel Martín la academia Keops-Kefren. Con un capital de 57.000 pesetas se instalaron en un local de 55 metros cuadrados donde impartían clases de recuperación. Los tres eran profesores de EGB, habían sido compañeros de estudio y ya habían tenido ocurrencias con éxito con un bar de copas, que, reconoce Cruzado, 'nos hizo ganar mucho dinero'. En los primeros tiempos de la academia hacían de todo: enseñaban, administraban, limpiaban y repartían la publicidad.
Cuenta Cruzado que su espíritu emprendedor ya era manifiesto en la infancia, pues a los ocho años montó un particular 'negocio' de alquiler de lápices, bolígrafos y otro material que obtenía con facilidad en la tienda de sus padres en Álora, su pueblo natal.
Los programas de formación continua para los trabajadores impulsados por el Gobierno fue el gran espaldarazo para la academia, y no ya sólo porque encontrara en ellos una interesante actividad para su negocio, sino porque le permitió un contacto cercano con el mundo empresarial y la detección de nuevas necesidades y oportunidades de negocio.
El grupo fue así diversificando su actividad, ocupándose también de la consultoría y asesoría. La empresa matriz, Keops-Kefren, se mantiene como centro de enseñanza, que cuenta además con autorización de la Junta para impartir Formación Profesional de grado medio y superior. Además, en la actividad formativa, el grupo cuenta con otras tres sociedades especializadas en empresas, Círculo Empresarial para la Formación (CEF), Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE) y Empresarios para la Formación (Emfor). En esta área se inscriben también Cumlaude, sociedad creada en Algeciras para la formación y consultoría en el Campo de Gibraltar, y Centre Européen de Formation, empresa participada también por capital marroquí y con sede en Casablanca que traza estrategias de desarrollo para la innovación empresarial en Marruecos.
Iniciativas y Proyectos Europeos es la consultora que ha puesto en marcha la mayoría de los proyectos del grupo y que ofrece asistencia a entidades públicas y privadas.
Desde hace cuatro años, la nueva apuesta del grupo pasa por Internet. 'Hemos gastado mucho en investigar, las posibilidades de la red en formación, información y comercio son tremendas y los resultados los veremos dentro de unos años', asegura Cruzado. Grupo Vértice cuenta ya con un portal de formación en Internet y su último lanzamiento ha sido Mercaempresas.com, centro de negocios en la red exclusivo para empresas.
Cruzado reconoce que además de visión también ha sido importante el factor suerte, aunque dice que 'nunca es el condimento principal'. Resalta en cambio algunos 'aciertos estratégicos'. Uno, apostar sólo por campos que eran prósperos y retirarse s a tiempo de otros que no lo eran tanto, como los gimnasios, las librerías o los equipos informáticos. Y otro, que los socios siempre han tenido un sueldo fijo y han revertido en la propia empresa todos los ingresos que obtenían.
Cruzado, que constantemente invoca el espíritu emprendedor, confiesa sentirse un tanto 'ludópata'. 'Las empresas son como un juego, ganas e inviertes para crear más, no te conformas, quieres sentir sensaciones nuevas', explica. Y añade: 'Lo importante no es con qué se parte, sino tener espíritu emprendedor y tener paciencia para saber que los éxitos no llegan en el primer momento'.
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