Bonito pasodoble

Tocaba la banda de música de la plaza inspirados y pegadizos pasodobles y el público se lo pasaba pipa. Unos los tarareaban, otros llegaban a iniciar un contoneo marchoso, con un vaivén de cintura... Qué bonito el pasodoble. La música sonó durante las seis faenas de muleta, y en el ruedo no ocurría nada. Ni había toros -más bien novillos y hasta becerros- ni toreo. Sólo el sobrero, que salió en quinto lugar, tuvo una miaja de trapío. Pero se partió el pitón izquierdo al darse un topetazo con un burladero. Miguel Abellán se lo quitó de encima tras un único ayudado por bajo para cuadrarlo.

Pero hubo un torero que salió a hombros. Sí señor. Fue Rafael de Julia, que repitió su puerta grande después de salir de igual modo de Las Ventas. Pero no se le vieron grandes hazañas. Con el tercero, un toreo largo con la mano derecha; los naturales le resultaron bastante fuleros. Remató con trincherilla y pase de la firma, por partida doble, y lo mató regulín. En este toro de desmonteró el banderillero Montoliú tras dos pares arriesgados.

El sexto estaba totalmente inválido y no podía ni con el rabo. Rafael de Julia se colocó despegado y fuera de cacho, sin hacerle faena.

Morante de la Puebla, desdibujado. Alguna trincherilla con sevillanía, alguna verónica lenta y perfumada. Y zapatillazos, muchos zapatillazos. Abellán aprovechó las poquísimas fuerzas que tenía el segundo, al que dio distancia y toreó muy bien por el pitón derecho.