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Reportaje:La gran final de la Liga de Campeones | FÚTBOL

Entre Ayala y Cañizares

El defensa y el portero, por encima de sus compañeros, sostuvieron al Valencia

Ayala fue el mejor valencianista. Infranqueable por arriba. A pesar de sus escasos 178 centímetros de estatura, sacó a relucir su impresionante salto. Voló muy por encima tanto de los rivales como de sus compañeros, que veían aparecer sobre sus cabezas un objeto volador. Muy atento al corte tras los fallos en la cobertura, especialmente los de Angloma, un colador. Al final, sustituido por Djukic al haberse lesionado en un choque con Elber, se retiró con lágrimas en los ojos.

- Cañizares. Detuvo un penalti a Scholl. Muy seguro por arriba, imprimió seguridad a sus compañeros.

- Mendieta. Antes de que se hubiera podido desempolvar los nervios, hubo de asumir la responsabilidad de tirar un penalti (minuto 3). Lo lanzó ajustado al poste izquierdo y Kahn estuvo muy cerca de pararlo. Fue el único centrocampista del Valencia que jugó a su nivel desde el principio. Estuvo liberado del agarrotamiento que sufrió ante el Madrid. Se echó el equipo a la espalda tras el empate del Bayern.

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- Scholl. Falló un penalti. Lo lanzó muy mal, por el centro.

- Effenberg. Ejerció la jerarquía que se le supone en el Bayern. Anduvo muy suelto en el eje de San Siro. Los valencianistas le marcaron a cuatro metros, los suficientes para que pudiera jugar a su antojo. Era el único, de hecho, capaz de armar con sentido el ataque del cuadro bávaro. Miró con frecuencia a su lado izquierdo, por donde entraban Lizarazu y Salihamidzic. Colocó muy tranquilo el segundo penalti. Se empleó con dureza ante la permisividad del árbitro.

- Baraja. Superado. No pasó del medio del campo. A la media hora, Cúper mandó a calentar a Albelda, una señal inequívoca de que no estaba contento con el trabajo defensivo en esa línea. Sorprendentemente, el sustituido fue Aimar.

- Aimar. Empezó el partido tiritando, acartonado, pero se fue soltando a la par que su equipo. Inició casi todos los contraataques del Valencia, pero sin acierto en el último pase.

- Salihamidzic. Se marchó de Angloma con facilidad.

- Carew. Muy superior en el juego aéreo a su marcador, Kuffour. Entre otras razones, porque le saca más de una cabeza. Fue una referencia constante de su equipo, que, cuando se veía apurado, buscaba la hegemonía por arriba del delantero noruego. Protagonizó, con una incursión por la izquierda, la jugada que dio origen al penalti que transformó en gol Mendieta apenas comenzado el encuentro. Fue abroncado de manera continuada por Cúper, que le pedía otro tipo de movimientos más inteligentes. En todo caso, fue el único que se escabulló en el uno contra uno, por pura fuerza. - Zahovic. Aportó creatividad en los metros finales, aunque dispuso de poca compañía atacante. El Valencia actuó sin extremos y eso lastró su fútbol. Desaprovechó un magnífico centro de Carew a cuatro minutos del final. Le cayó el balón a la derecha, su pierna mala, y no supo reaccionar con rapidez.

Cañizares desvía con un pie el primer penalti a favor del Bayern, lanzado por Scholl.
Cañizares desvía con un pie el primer penalti a favor del Bayern, lanzado por Scholl.REUTERS

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