La penúltima oportunidad

Los mayores parecen más nerviosos que los jóvenes; muchos nunca se han presentado a un examen o no lo hacen desde hace más de 40 años y sienten que, después de todo ese tiempo, por fin van a hacer algo 'para satisfacción propia'. Otros se presentan porque les exigen el Graduado Escolar para acceder a cualquier trabajo o para renovar su contrato de camarero, limpiador o cocinero. Y los de menor edad, para asegurarse un título académico ante el miedo a agotar la escolaridad sin conseguir el Graduado en Educación Secundaria.

A las pruebas para obtener el Graduado Escolar que se celebraron ayer en toda Andalucía se presentaron más de 26.000 personas. El doble que el año pasado. La anunciada extinción de estos exámenes en septiembre de 2002 ha multiplicado la demanda. Además, como cuenta Encarni Gutiérrez poco antes de empezar, 'ya te piden el título para cualquier trabajo'.

Encarni dejó de estudiar a los 15 años, 'por la poca cabeza que se tiene a esa edad'. Ahora tiene 37 y dos hijos, de 17 y 13, que le han ayudado a prepararse el temario. Antes de entrar en el Centro de Adultos San Pablo de Sevilla, donde se examinaron 95 de los más de 6.700 aspirantes de la capital andaluza, Encarni asegura que está 'muy pegada'. Lo que más teme son las Matemáticas y lo que mejor lleva, la Lengua Española.

Como muchos de sus compañeros, asiste desde hace meses a las clases para adultos que se imparten en este y otros centros, y confía en que le pregunten cosas que hayan estudiado allí. Sin embargo, Rosario Holgado, presidenta del tribunal, recalca que los centros no están pensados para preparar específicamente esta prueba, sino 'para dar una formación integral'. Los alumnos 'no lo acaban de entender'.

Efectivamente, la mayoría no lo ha entendido. A la salida de los exámenes de la mañana -Matemáticas, Naturales y Sociales- casi todos se quejan de que 'han entrado cosas no se habían dado'. A Encarni se le cumplieron sus temores y se bloquéo en Matemáticas. 'Ayer me pasé toda la tarde dándole vueltas, pero no he podido hacer nada', se lamenta. Espera que le compense con la prueba de Naturales, que le salió 'perfecta'.

El mal rato de las preguntas de Matemáticas fue casi generalizado. Aunque Reyes Márquez se queja más de que las profesoras encargadas de vigilar la prueba no les han ayudado.'Yo estoy aquí por un puesto de trabajo y lo voy a perder porque no he contestado nada', cuenta entre lágrimas. Ahora recoge melocotones y apenas ha podido prepararse para el examen; le han ofrecido un puesto como limpiadora de un colegio, pero le exigen el Graduado.

Rosa Castro también sale desilusionada y comparte la queja. 'Ponerle un examen así de fuerte a una señora de 50 o 60 años es desmoralizarla', afirma. Aunque sus circunstancias son distintas porque se ha presentado 'para mejorar la autoestima'. 'Pero luego llegas y te encuentras en la clase con un sargento que no quiere ayudarte', afirma indignada. Las cinco profesoras de este tribunal aseguran, sin embargo, que el nivel 'es muy bajo'. 'Los mayores vienen motivados, pero con muchas lagunas', subraya la presidenta. Y los más jóvenes, que abandonan el examen bastante más satisfechos, 'provienen del fracaso escolar'.

Los resultados estarán listos el 31 de mayo. Los que aprueben podrán continuar su formación en el segundo ciclo de ESO para adultos; a los que suspendan, les quedan aún tres oportunidades, la primera de ellas, en septiembre de este año.