Debú de Yerbabuena
La noticia era el debú en La Maestranza de la ganadería propiedad de Ortega Cano y Rocío Jurado que lleva por nombre Yerbabuena. Debutó y no pasó nada. No quedó en el albero la fragancia de una planta tan aromática, ni hubo toreo artista ni bravura y nobleza de cante grande. Hubo una novillada moderna y pare usted de contar.
En honor a la verdad, el cuarto fue bravo en el caballo, al que acudió dos veces de largo y empujó con fuerza. Pero se encontró con un picador que venía dispuesto a matarlo y no lo consiguió de milagro. Se ensañó con el novillo y le recetó una paliza de órdago, mientras el novillero Saavedra asistía a la masacre como si la cosa no fuera con él.
Saavedra estuvo en Sevilla, pero no se notó su presencia torera. Se comportó como un hombre sin ilusión ni ambición, ayuno de técnica y con pocos mimbres para el triunfo. Su primero fue un novillo soso al que dio muchos pases insulsos y sólo un par fueron largos y limpios. Después de tan grande gesta, salió a saludar por su cuenta y algún extranjero le aplaudió. El bravo cuarto se defendía en la muleta después de la paliza y el torero no dijo nada. Lo avisó el presidente antes de montar la espada y a punto estuvo de que le echaran el novillo al corral.
Yerbabuena / Saavedra, Peña, García
Novillos de Yerbabuena, el 1º devuelto al partirse un pitón, justos de presentación, blandos y sosos; bravo el 4º y encastado el 5º. Julio Pedro Saavedra: pinchazo y estocada (ovación); -aviso-. Pinchazo, cinco descabellos -aviso-, y tres descabellos (silencio). Enrique Peña: dos pinchazos, media -aviso-, y un descabello (ovación); dos pinchazos -aviso-, tres pinchazos -aviso-, media, tres descabellos y el novillo se echa (silencio). Iván García: pinchazo y estocada (vuelta), metisaca, pinchazo ensartado, pinchazo hondo, descabello -aviso- y dos descabellos (silencio). Plaza de la Real Maestranza. 20 de mayo. Novillada de abono. Media entrada.
Casi la misma suerte corrió su compañero Peña, al que la buena voluntad presidencial evitó el disgusto del tercer aviso. Fue desbordado por el segundo novillo, que desarrolló una casta complicada, y toreó bien al natural en su primero cuando fue capaz de cogerle la distancia. La sorpresa la protagonizó el madrileño Iván García, muy joven, espectacular y valiente, que toreó muy bien con el capote, banderilleó con facilidad y se la jugó en la muleta. Le funciona la cabeza, trasmite seguridad y alarga los brazos por ambos lados. Se le escapó el triunfo en el primero porque se apagó pronto; el sexto desarrolló sentido y, además, el novillero lo mató muy mal.
Babelia
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