Herreros tumba al Fuenlabrada

El Real Madrid ya sabe lo que tiene que hacer si quiere ganar la Liga de nuevo: renovar a Herreros antes de cada partido que juegue de aquí al final de temporada. El alero madridista rubricó ayer el acuerdo adelantado hace unos días con una exhibición espectacular en el primer encuentro de la eliminatoria frente al Fuenlabrada. Enganchado a la estela de su capitán, que hizo de todo y todo bien, el Madrid arrancó la serie con una victoria que se prometía cómoda y resultó agónica.

Parecía que el triunfo contra el Tau en la última jornada de la liga regular había disipado las dudas que había levantado el Madrid en las últimas semanas, pero ayer surgieron de nuevo. El de Scariolo volvió a mostrarse como un equipo irregular y despistado, lleno de peligrosas desatenciones, que se reflejaron en una defensa racheada aderezada con innumerables pérdidas de balón (18). Sólo los triples (11 de 19) acudieron ayer al rescate de los blancos, a los que esas rotaciones tan típicas de Scariolo da la impresión que no siempre les sientan bien.

Si lo en lo colectivo los síntomas resultaron preocupantes, en lo individual, el momento de Djordjevic es alarmante. Por calidad, experiencia y talante, se supone que es uno de los que tendrían que cargar con el equipo en las situaciones comprometidas, pero el yugoslavo anda metido en una depresión profunda. Frente al Tau no hubo noticias de él, y ayer igual. Su juego resultó secundario, falló los seis tiros que intentó y sólo marcó cuatro puntos desde la línea de tiros libres.

Con el tesón del que se sabe más débil y un coraje inquebrantable, el Fuenlabrada hurgó en la heridas del Madrid para mantener el aliento del partido incluso en las peores condiciones.

Las apreturas en las que los de Óscar Quintana metieron al Madrid en la recta final hablan tanto de sus virtudes como de los defectos de los blancos, incapaces de sentenciar a un equipo que tardó siete minutos y medio para meter su primera canasta en el segundo cuarto o que a falta de diez minutos perdía 69-53. Todo lo superó el Fuenlabrada. Todo menos a Herreros, que se fue del partido con 29 puntos (6 de 6 en triples, 3 de 4 en tiros de dos), 8 rebotes y dos tapones. Él tumbó al Fuenlabrada, no el Real Madrid.