Duran propone un pacto con el PP en Cataluña hasta final de legislatura

El líder de uno de los dos partidos de la coalición Convergència i Unió (CiU), Josep Antoni Duran Lleida, presidente de Unió Democràtica, se mostró ayer decididamente favorable a negociar con el Partido Popular un acuerdo que garantice la estabilidad parlamentaria del Gobierno de Jordi Pujol hasta el final de la legislatura autonómica, en 2003. Duran afirmó que la actual situación, en la que las votaciones se negocian una a una, 'sólo beneficia a los socialistas'.

El dirigente democristiano señaló que para CiU 'no es bueno' tener cada 15 días una discusión pública con el PP 'sobre la estabilidad y continuidad del Gobierno de Pujol'. Admitía así el desgaste producido a CiU por las humillaciones a que regularmente le someten los diputados del PP en el Parlament, en el que éstos tienen la llave de la mayoría. La semana pasada, el consejero de Economía, Francesc Homs, se vio obligado a aceptar una por una, en público, cinco condiciones que el PP impuso a su política presupuestaria para conseguir que los diputados conservadores votaran a favor de la liquidación de los presupuestos de 1998 y 1999.

El sometimiento de CiU a las exigencias del PP se ha convertido ya en habitual en el Parlament. Además de haber hecho posible la investidura de Pujol como presidente y de aprobarle los presupuestos, el PP salva siempre al minoritario Gobierno de CiU de las situaciones comprometidas en que muy a menudo se halla. Hasta ahora ha impedido que se creen comisiones de investigación parlamentaria sobre escándalos que afectan al Gobierno de CiU; en particular dos, el relativo a una red clientelar que se beneficiaba de fondos europeos para formación profesional de parados y el denominado caso Turismo. También ha salvado de la reprobación a los consejeros a quienes la izquierda ha intentado censurar. Y ahora está negociando la reforma de la ley de la radiotelevisión autonómica de forma que se garantice que continúe bajo el control de la mayoría CiU-PP.

Pero pese a esta realidad política de fondo, la ausencia de un acuerdo global mantiene a CiU en vilo en muchas votaciones parlamentarias y pone de manifiesto su debilidad. De vez en cuando, el PP la deja en minoría. Para evitar que las derrotas sean muchas, CiU sigue la táctica de votar a favor de propuestas de la oposición que rechazaría si contara con el concurso del PP.

Esta situación es la que llevó ayer a Duran a explicar al consejo nacional de su partido que CiU ha de 'abrir un diálogo sincero y franco' con el PP para sentar las bases de una 'auténtica estabilidad que le permita llegar al final de la legislatura'. Las conversaciones deberían celebrarse durante los próximos meses, para llegar a septiembre, dijo Duran, con la situación 'clarificada'.

En octubre, el líder de la oposición socialista, Pasqual Maragall, tiene previsto presentar una moción de censura contra el Gobierno de Pujol. El argumento básico de Maragall, que ayer reiteró, es que Cataluña 'no puede perder más tiempo' y continuar con un Gobierno que en vez de gobernar se dedica a ganar tiempo para llegar al final de la legislatura.

En el fondo, el argumento de Duran y el de Maragall son coincidentes. Duran explicó ayer también al consejo nacional de Unió que garantizar la estabilidad gubernamental es una de las condiciones necesarias para poder ganar las próximas elecciones autonómicas. Pero ni es suficiente ni es la única. Otra condición necesaria es que funcione la conversión de CiU en una federación porque es, precisó, lo que da garantías 'para la continuidad del espacio político'. Advirtió que sería 'un error' pensar que es aplicable a Cataluña la victoria del PNV en las elecciones vascas.