Israel responde con aviones de combate al ataque suicida de un joven palestino

Un joven militante de Hamás provocó ayer una carnicería en Netania, una ciudad costera israelí situada al norte de Tel Aviv, al hacer estallar la bomba que portaba en la puerta de un centro comercial. Además del suicida, otras seis personas resultaron muertas y más de un centenar heridas. El momento elegido para el atentado, mediodía de ayer, era una hora de máxima afluencia a las tiendas de la zona, justo en vísperas de la fiesta semanal judía del sabat. Esta bomba y la represalia de Israel, que utilizó por primera vez aviones de combate contra los palestinos, marcó uno de los días más sangrientos de la nueva Intifada.

El terrorista accionó los explosivos que llevaba atados al pecho cuando un guarda de seguridad le paró en la puerta del centro comercial por su aspecto sospechoso, cubierto de ropas amplias y largas en un día caluroso. En ese momento acudían al centro cientos de personas, por lo que la tragedia pudo ser aún mayor. De hecho, varios de los heridos permanecían anoche en estado crítico. Durante largas horas, los equipos de rescate trabajaron en un escenario de cadáveres deshechos y miembros desperdigados.

Era el ojo por ojo, la respuesta de Hamás a la muerte de cinco policías palestinos a manos del Ejército israelí la semana pasada. Israel reconocería más tarde que se había tratado de un error. Horas después de la bomba en Netania, el Ejército israelí aplicó su propia ley del Talión, lanzando sus aviones de combate F-16, por primera vez desde el inicio de la Intifada, contra los civiles palestinos. Al menos nueve murieron en estos ataques y decenas más resultaron heridos. La reacción en los campos de refugiados fue inmediata, con manifestaciones espontáneas al grito de 'esto es la guerra'.