Humor distanciado

El alemán Uwe Schmidt, productor y D.J. antes de que su curiosidad le hiciera cruzar el océano y buscar en Chile nuevos ritmos y fórmulas musicales para enriquecer su carrera, es el alma de este pintoresco combo en el que militan además seis músicos daneses de jazz y un cantante venezolano.

Se presentaban en Madrid para mostrar los temas de su segundo disco, El baile alemán, en el que, imbuidos de esencia lounge -estilo de versionear temas fuera de su contexto original- repasan los archiconocidos éxitos de los teutones Krafwerk, padres del techno, en clave latina. Esto es, desarrollando un fenómeno de distanciamiento en V: canciones frías como Trans Europe Express, Robots, Neon lights o Showroom dummies viajan hasta los ritmos latinos, pero sin perder un solo ápice de gelidez.

Difícil de entender para los españoles, para los que la diversión es siempre algo caliente, su música funciona mejor en disco que en vivo. No basta la combinación entre samplings y percusiones, vibráfonos o marimbas para entretener a los hispanos, echándose de menos la contundencia de un bombo que marque el ritmo a seguir.

Así, los espectadores asistentes tal vez se sintieron algo aburridos y defraudados ante tan singular propuesta que, a la manera germana, esconde un soterrado humor. Aún queda algo de camino hasta que los españoles comprendamos que no es que se vuelvan a poner de moda el cha cha chá y el mambo tal y como se hacían hace cuarenta años. Pero todo se andará.