Los chicos de Mané
Anecdotario de los jugadores que, pese a la derrota, siempre podrán presumir de haber agrandado la historia del Alavés
Estos chicos han pasado a la posteridad del Alavés. Finalmente, poco importaba el resultado de ayer. Estos chicos sabían que terminarían la final de Dortmund como héroes pasara lo que pasara, como que el Alavés quedaría como el equipo más sorprendente del año en las competiciones europeas. Estos chicos son los chicos de Mané.
- Herrera. Un tipo familiar salido de la cantera de Boca Juniors que encontró en Europa su última posibilidad de triunfar. Ha jugado este año con pasaporte falso.
- Contra. Le ha coincidido la fase final con el embarazo incipiente de su mujer, Alina. El jugador extranjero que antes se adaptó a la ciudad y al idioma. Pero sigue apegado a sus compatriotas. Agradece las visitas a Vitoria de los rumanos del Numancia y de Mihalcea, delantero de Dinamo de Bucarest.
- Eggen. Un noruego con aspecto bohemio y encantado con España. Es el único que sabe lo que es ganar al Liverpool en la Copa de la UEFA (con el Brondby en 1995).
- Karmona. Capitán para todo. Para dar la cara en situaciones delicadas, para mandar en el campo, para negociar con el club...
- Téllez. Le llaman Druco (de almendruco), un apelativo que le define perfectamente. Duro, noble, impetuoso.
- Geli. Elegante dentro y fuera del campo. Es el gentleman albiazul, pero de Girona.
- Desio. Un enamorado del fútbol. A sus hijos de muy corta edad los lleva cada semana a los entrenamientos del equipo. Parece prepararles el camino.
- Pablo. El único vitoriano de la plantilla, hijo de un conocido hostelero de la ciudad. Impermeable a las esporádicas críticas que recibe de la grada.
- Tomic. Sigue dominando mejor el italiano que el castellano.
- Jordi. El más cosmopolita. Llegó al Alavés exclusivamente por deseo de Mané, recomendado a su vez -según se dice en Cataluña- por Johan Cruyff. En Vitoria ha renunciado a su alto caché sólo por conocer lo que significa sufrir de verdad en el fútbol. No ha sufrido tanto como pensaba. Conduce el coche más espectacular de la plantilla, un Masserati.
- Ibon Begoña. Ahijado de Mané. Hijo de Juan Mari Begoña, ex entrenador del Alavés en los ochenta. El más criticado por la grada por sus frecuentes desaciertos.
- Javi Moreno. Además de sus dotes goleadoras, sabe cómo divertir a la concurrencia. En el ascenso a Primera fue el maestro de ceremonias. Emula el sonido de la trompeta y silba como nadie.
- Astudillo. El rey del mate. Es capaz de tomar la bebida argentina sin descanso, siempre acompañado de sus compatriotas. Se le conoce como El Pulpo por los kilómetros que recorre.
- Iván Alonso. Vive con su abuela, que le acompaña a los viajes europeos. Su primo, Diego, costó seis veces más al Valencia.
- Gañán. Pertenece al grupo de los vizcaínos. Ha jugado dos partidos, pero jamás se le ha oído una queja.
- Vucko. Por cuestiones idiomáticas, afín a Tomic. Croata y serbio conviven perfectamente.
- Azkoitia. Tímido. Nacido en Bilbao, es socio del Athletic.
- Magno. Fue la gran esperanza del alavesismo tras el ascenso. Delantero y brasileño. Luego se ha demostrado que no es demasiado delantero.
- Mario. El jugador más inadaptado del grupo. El más solitario.
- Kike. El resignado. Su esposa sigue acompañándole en los desplazamientos, prueba de que él se siente tan partícipe de los éxitos como el que más, pese a ser suplente.
- Brandán. A sus 17 años y el último en incorporarse al Alavés, vive amparado por el clan argentino.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.