La revolución del 'Petrolio' hecha arte
El pintor Ramón Castañer expone a modo de tragedia griega su visión de las revueltas obreras en Alcoy
Comparar a los verdugos de las víctimas de las revueltas obreras que hubo a finales del siglo XIX en Alcoy con los mitos griegos Caronte, Sísifo y Talión es posible en la imaginación de un artista. El pintor Ramón Castañer (Alcoy, 1926) ha puesto ahora al alcance de los ciudadanos su visión de la revolución de El Petrolio, que azotó la ciudad industrial durante el verano de 1873 y se cobró 16 vidas, entre ellas la del entonces alcalde Agustín Albors. La brutal muerte de éste, a consecuencia de los golpes recibidos tras ser arrastrado por la ciudad, le supuso el apelativo de El Pelletes, denominación con la que ha pasado a la posteridad.
Este episodio forma parte de los libros de historia, pero nadie se había lanzado a reflejar pictóricamente la crudeza de este sangriento acontecimiento. El catedrático de Dibujo y artista Ramón Castañer ha necesitado una treintena de bocetos y varios años para comprimir en dos lienzos gigantes esta singular historia. Se trata de dos cuadros de tres metros de largo por dos de ancho que estos días y hasta el 26 de mayo se exponen en el Centre Municipal de Cultura de Alcoy. Las piezas llevan por título La Arrastrà d'Agustín Albors y Las Barricadas. Ambas forman un díptico inseparable que pasará a engrosar la pinacoteca municipal alcoyana, según el compromiso del alcalde, el popular Miguel Peralta.
El más duro de los cuadros es el que escenifica la muerte de Albors 'en clave de tragedia griega', según definición del propio autor. Ante la muchedumbre del proletariado destacan dos personajes, que simbolizan a Sísifo y Talión, 'que como un castigo del Olimpo arrastran al alcalde eternamente, ya que nunca conseguirán que entre dentro del cuadro'.
De este último sólo se ve una pierna 'que dice mucho del estatus social, muy diferente del pueblo'. De la pierna asoma un ligapiernas atado a un calcetín. Y eso lo diferencia del resto de personajes, que van vestidos de manera distinta porque son gente trabajadora, resume Castañer.
El año de la revuelta, 1873, comenzó con la reunión del Consejo Federal Regional de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) en Alcoy. Los meses que precedieron al episodio, que conforma el motivo central de esta exposición, estuvieron plagados de asambleas que pretendían acabar con las miserias del proletariado, que trabajaba hasta 16 horas diarias y vivía en condiciones infrahumanas. Estas circunstancias de miseria, que llevaron a la huelga a cerca de 8.000 trabajadores en Alcoy y Cocentaina, estallaron en la revolución del Petrolio de Alcoy. La revuelta debe su nombre a un combustible muy utilizado en la época: el petróleo.
Fueron días de violencia en las calles de Alcoy que Ramón Castañer ha tratado de amortiguar en su obra utilizando la técnica del monocolor. 'Predominan los colores propios de una fotografía antigua', explica. Estos hechos, que ahora se exponen en el Centro de Cultura de Alcoy, sucedieron entre los días 7 y 9 julio de 1873. Durante esas trágicas jornadas y ante la negativa del alcalde a entregar el bastón de mando, los obreros se alzaron en barricadas y capturaron a algunos fabricantes. El primer edil acabó sus días en las calles de Alcoy.
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