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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre un cura rojo

En la excelente y agradable información de Quima Utrera sobre el homenaje dispensado en Santa Coloma de Gramenet a Lluís Hernández (Cura y rojo, EL PAÍS, 9-5-2001) se vierten dos afirmaciones que tal vez sea conveniente matizar.

Primera. Utrera señala que la Iglesia y la política marcaron la biografía de Hernández porque no quiso romper con ninguna de ellas, 'lo cual le granjeó problemas con la jerarquía eclesiástica y con el PSUC'. No hay duda de que la jerarquía católica no vio con buenos ojos la militancia comunista de Hernández, pero no conozco ningún dato que pueda justificar la segunda parte de la afirmación. ¿Cuándo y qué problemas tuvo Hernández con la dirección del PSUC por seguir perteneciendo a la Iglesia católica?

Finaliza Utrera su información apuntando que la popularidad del llamado cura rojo le ayudó a establecer relaciones con sectores sociales colomenses nada proclives a votar izquierda o comunista, lo cual, 'en una época en la que el sectarismo campaba por sus respetos, resultaba inquietante para sus compañeros de partido'. La pregunta se impone de nuevo: ¿qué problemas tuvo Hernández con sus compañeros de partido? Desde hace muchos años, los compañeros de Hernández supieron que su militancia era algo singular, y eso no les impidió el apoyo y su reconocimiento. Prueba de ello es que hasta las últimas elecciones municipales, el cabeza de lista por el PSUC o por Iniciativa, se ganara o se perdiera, siempre fue Lluís Hernández.

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