Arzalluz promete que aceptará los resultados 'aunque no sean justos, porque no lo serán'
Ibarretxe insiste en el llamamiento al diálogo a partir del día 14 para 'buscar la paz'
Juan José Ibarretxe, aclamado por una multitud y en un ambiente de movilización que recordaba a otros tiempos -mucha gente tuvo que seguir el mitin desde la calle- pidió a los votantes que den a la coalición PNV-EA una 'marea de votos' para evitar que la llave del Parlamento quede en manos de Jaime Mayor Oreja, el candidato del PP, o de Arnaldo Otegi, el líder de Euskal Herritarrok.
El jefe del Gobierno vasco dejó claro que, en su opinión, los vascos tienen que elegir el domingo entre dos opciones: 'un lehendakari abertzale y demócrata o el ministro de la Ley de Extranjería' en referencia a Mayor.
El mitin se desarrolló en un ambiente enfervorecido con el pabellón de la Casilla de Bilbao lleno hasta los topes y miles de personas gritando independetzia, ikurriña bai, espainola ez, en referencia a las banderas vasca y española.
Críticas a los medios
Las duras críticas a los medios de comunicación y a las supuestas injusticias cometidas con el PNV se convirtieron en protagonistas del mitin. Tanto Ibarrexte como los otros dos oradores, Xabier Arzalluz y Begoña Errazti, presidenta de EA, coincidieron en señalar que han vivido 'la campaña más sucia y desigual' de cuantas recuerdan.
En este sentido, Arzalluz llegó a afirmar que los resultados 'no serán justos', aunque se comprometió a aceptarlos. El líder de los nacionalistas atacó a la práctica totalidad de los medios de comunicación, lo que fue recibido con gritos de 'televisión, manipulación' y a los intelectuales que han apoyado otras candidaturas, cuya mención provocó silbidos y gritos de los asistentes.
Enfrascado en un discurso muy duro en el que sostenía que prácticamente todo el mundo se ha aliado contra el nacionalismo vasco, llegó a decir: 'Nos quieren echar de nuestro Gobierno'. Sólo tuvo un momento de respiro: cuando saludó a los invitados de otros partidos nacionalistas del resto de España, lo que le llevó a clamar: 'no estamos solos'. Apoyando al PNV estaban, entre otros, Francisco García, del BNG, Pere Esteve, de Convergència, y Josep Lluis Carod Rovira, de ERC. Este último dijo estar presente por solidaridad y 'por autodefensa'.
El presidente del PNV afirmó que 'la de Aznar es la derecha del más duro nacionalismo español' y que 'España tiene una democracia de bajísima calidad', por el control que el PP ejerce en todos los ámbitos de la sociedad.
Arzalluz aseguró además que estas elecciones 'no son democráticas' por la 'desigualdad de medios'. El líder de los nacionalistas tuvo también mensajes para ETA, y preguntó a la banda terrorista si no cae en la cuenta de que es el 'principal factor de alza de la derecha española en España y en Euskadi' y si cree que 'por ahí va a algún sitio'. 'ETA quiere a Mayor Oreja en Ajuria Enea', concluyó. A pesar del tono dramático, también auguró que el domingo 'ni empieza ni termina nada' para los nacionalistas, ya que de nuevo todos apelarán al PNV como 'el único partido capaz de aportar serenidad' para resolver los problemas de Euskadi. Y, pese a las declaraciones anteriores, concluyó en un tono triunfalista augurando que la coalición PNV-EA obtendrá el domingo una cantidad de votos que nunca ha alcanzado.
Por su parte, la presidenta de EA, Begoña Errazti, sostuvo en la misma línea de discurso grave que lo que el domingo se está poniendo en juego en Euskadi es si los nacionalistas logran 'una mayoría abertzale, democrática', o los votantes dejan paso a 'un frente español'.
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