Otxoa, ante el examen definitivo
El ciclista ingresa en un centro especializado en recuperar daños sufridos por el cerebro
El Servicio de Daño Cerebral del Hospital Aita Menni, un prestigioso centro localizado en Mondragón (Guipúzcoa), se hizo cargo ayer del ciclista Javier Otxoa, un paciente que llegó a estar desahuciado y que ahora encara con optimismo la última fase de su recuperación, la que determinará si podrá volver a ser una persona totalmente independiente. El examen se antoja lento y penoso.
[QQ] Otxoa permanecerá entre cuatro y seis meses en el centro Aita Menni (un periodo habitual en estos casos) atendido por un equipo de neurólogos, neuropsicólogos, psiquiatras, logopedas y fisioterapeutas comandado por José Ignacio Quemada, jefe del Servicio de Daño Cerebral. "Nuestra primera tarea consistirá en recuperar su estado físico para que no le quede ninguna atrofia en las articulaciones. Paralelamente, veremos cuál es su capacidad actual para comprender y emitir el lenguaje, sobre todo en lo referido a la comprensión compleja, a la memoria y a las capacidades intelectuales", explica Quemada. Aunque habla correctamente y es capaz de leer, Javier Otxoa observa numerosos momentos de ausencia.
[QQ] El equipo médico que le atendió hasta ayer en el hospital bilbaíno de Cruces recomendó a la familia del ciclista que revelara al paciente la muerte de su hermano Ricardo, atropellado en Málaga junto a Javier el pasado 15 de febrero. "No veíamos el momento de hacerlo, así que me acerqué una mañana [la semana pasada] y se lo dije. Se mostró muy alterado, me dijo 'no jodas, no jodas' pero un minuto después me hablaba de otras cosas que no venían a cuento. Parece que todavía no es capaz de entender la gravedad de la pérdida", cuenta el hermano mayor de la familia Otxoa, Andoni.
[QQ] Sin embargo, Javier no se ha olvidado de su hermano gemelo, también compañero en el equipo Kelme: "Hay veces que me pide por favor que vaya a hacerle la cama a Ricardo", se entristece Andoni.
[QQ] El Hospital Aita Menni trató en su día al político Juan María Bandrés -afectado por una hemiplejia-, así como al ejecutivo José Ignacio López de Arriortua, que ingresó para restablecerse de las secuelas de un grave accidente automovilístico.
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