La oposición exige al Gobierno 200.000 pesetas por cada plaza de guardería

Mientras Carme Laura Gil defendía a capa y espada la buena marcha del ambicioso plan para crear 30.000 plazas de guardería antes de finalizar el año 2004, la oposición en bloque se puso de acuerdo ayer para exigirle que amplíe a todas las guarderías la subvención que recibirán las 1.000 nuevas plazas que deben crearse en Barcelona antes de 2003.

Según el convenio firmado el pasado mes de marzo entre el Departamento de Enseñanza y el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat aportará 200.000 pesetas anuales por el mantenimiento de cada una de las 1.000 nuevas plazas. En el resto de Cataluña, la subvención es de sólo 80.000 pesetas anuales. Enseñanza justifica esta diferencia aduciendo que mantener una guardería en Barcelona resulta más caro que en el resto de Cataluña.

Enseñanza calcula que el coste medio de una plaza de guardería ronda las 450.000 pesetas, por lo que se ha comprometido a ampliar la subvención por cada nueva plaza hasta las 150.000 pesetas anuales, lo que supondría financiar una tercera parte de su coste total. El resto deben aportarlo a partes iguales la Administración local y los padres.

Con este sistema, según datos aportados por la consejera, los ayuntamientos catalanes ya se han comprometido a crear 4.192 plazas de guardería y tienen otras 1.850 en trámite. Del total de las guarderías que ya cuentan con la autorización, los ayuntamientos de menos de 2.000 habitantes crearán 1.484 plazas y los municipios de más de 20.000 habitantes tienen previsto abrir 1.279.

Según Carme Laura Gil, la Generalitat cumplirá sin problemas su objetivo de crear 30.000 plazas antes del año 2005. Esta cifra, que la misma consejera ha calificado de 'mágica' en más de una ocasión, fue la particular herencia que recibió del anterior consejero, Xavier Hernández, quien hizo la promesa en plena precampaña para las elecciones de 1999. La oposición, sin embargo, critica que las plazas se vayan a crear a costa de dar financiación pública a guarderías privadas y a los centros conocidos como baby parkings.