Francia teme un alza de precios por la tentación del redondeo
Un país de inflación baja como Francia (1,6% en 2000) teme que la implantación del euro provoque un alza de precios. Aunque están más acostumbrados que los españoles a manejar moneda fraccionaria, la tentación del redondeo es inevitable: sería más fácil cobrar 0,70 euros que 0,67 por una barra de pan, o 1,20 en lugar de 1,14 euros por un periódico. Y los operadores de telecomunicaciones tendrán que afinar mucho su gestión para convertir las tarifas por segundos a la nueva moneda, lo cual va a obligarles a contar hasta en milésimas de euro.
En abril sólo se efectuó en euros el 0,54% de las operaciones de pago con cheques y el 0,02% de las realizadas con tarjetas bancarias, datos significativos del poco entusiasmo que suscita el proceso de cambio, puesto que ambos medios de pago se usan muchísimo más que en España. En todo caso, aún no ha empezado la fase de aprovisionamiento físico de euros, que llegarán a los bancos a partir del 1 de septiembre (monedas) y del 1 de diciembre (billetes), momento en el que comenzará la distribución de la nueva moneda a comerciantes y transportistas de fondos. El periodo de doble circulación del euro y del franco estará limitado del 1 de enero al 17 de febrero de 2002.
Desconfianza
Las asociaciones de consumidores desconfían. Piensan que el público se cuidará mucho de vigilar la evolución de los precios y creen que se retraerá el consumo. Es una visión relacionada con la percepción del proceso por parte de los consumidores de menor poder adquisitivo. Por el contrario, fuentes del Ministerio de Economía estiman que las primeras semanas de 2002 serán buenas para el comercio, al aflorar mucho dinero en francos, cuyos tenedores preferirán gastarlos antes que introducirlos en el circuito legal del cambio de moneda.
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