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Entrevista:DUQUENDE | CANTAOR

'Andalucía impone, pero da fuerza para demostrar de dónde vienes'

Juan Cortés, Duquende, nació en Sabadell, en el seno de una familia gitana. Aunque debutó a los ocho años con el mismísimo Camarón a la guitarra, su andadura profesional no arrancaría hasta 1992. La suya ha sido una meteórica carrera en la que ha grabado cinco discos, contando con la colaboración de guitarristas tan destacados como Juan Manuel Cañizares, Tomatito y Paco de Lucía, quien le define como 'un monstruo que posee toda la magia del cante, inspiración y técnica'. Su último disco, producido por Isidro Sanlúcar, lleva por título Samaruco. Entre sus proyectos destaca su presentación en solitario en un concierto en Central Park (Nueva York).

Pregunta. Dicen que de niño no querían que usted se dedicara al cante...

Respuesta. Sí, a mi padre le daba lástima que yo cantara, gracias a Dios no pasábamos necesidades y no hacía falta cantar para comer todos los días. Solía decir que yo era muy chiquitillo para subir a un escenario.

P. Ése fue su primer obstáculo, ¿cuáles vinieron luego?

R. Esta profesión siempre es difícil, y los obstáculos te los encuentras a cada momento. Pero son cosas de Dios, yo sigo lo que me pide el cuerpo y sé que he nacido para esto.

P. ¿Le impone cantar en la Baja Andalucía?

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R. Impone mucho, pero también te da fuerza para demostrar de dónde vienes y cuál es tu casa.

P. ¿Y cómo explicaría sin cantar el lugar de donde viene, su Sabadell?

R. No es que sea un lugar específicamente flamenco, son más bien cosas de familia. En la mía había mucha afición, mi abuelo cantaba muy bien y me contagió el amor por el cante.

P. ¿Teme más a las vacas sagradas o a los jóvenes que vienen pegando fuerte?

R. Cada uno tiene lo suyo, pero no hay que temer a nadie. Yo trato de escuchar a la gente con buen oído, pero conste que soy muy rarito: me gusta Mojama, Fernando Terremoto, Rancapino... y por supuesto Camarón.

P. ¿Qué siente un cantaor cuando Paco de Lucía requiere sus servicios?

R. Yo estaba en casa, eran las tres de la mañana cuando me llamó. Me quedé de piedra. Luego una gira con ese bicho al lado, que en el escenario te habla sólo con mirarte, imagínese...

P. Su último disco es muy valiente, ¿ha preferido arriesgar antes que hacer otro disco de flamenco convencional?

R. Siempre intento hacer lo que me gusta. Samaruco tuvo su riesgo, hay quien no lo entiende, pero tiene muchos detalles para quien lo sepa escuchar con paciencia.

P. Y ya está preparando otro...

R. Sí, me gustaría hacer otras cosas, más mías. Quiero hacer un disco flamenco-flamenco, sin concesiones. Ya he grabado con todo el mundo: ahora quiero entrar en un estudio con la gente que yo quiera.

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