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Reportaje:

Un año de secretos submarinos

La puesta en marcha del reactor nuclear acaba con los temores hacia el 'Tireless'

Pablo Ximénez de Sandoval

Desde que hace casi un año -el 19 de mayo de 2000- el submarino nuclear británico Tireless atracó en Gibraltar con una avería en su reactor, el terror al peligro que esa avería podía suponer para la zona ha provocado un año entero de tensiones entre los alcaldes de los alrededores y el Gobierno español, entre éste y el Gobierno británico, entre éste y el de Gibraltar... Un problema de confianza, en fin, en la actitud británica del 'no pasa nada, y si pasa, es cosa nuestra'. Todos los temores acabaron el miércoles de esta semana con el encendido del reactor nuclear. No pasó nada. Mañana, a las nueve de la mañana, se va el Tireless.

El Gobierno ha insistido todo este tiempo en que la transparencia de la información técnica ha sido total por parte del equipo inglés. Una normalidad muy matizada por Fernando García Casas, miembro del comité de seguimiento técnico hispano-británico: 'Teniendo presente que no es grato que Gibraltar sea una colonia y que es incómodo que haya un submarino nuclear averiado, por lo demás la atmósfera de trabajo ha sido buena. Hubo inquietud, sobre todo al principio. Pero después el intercambio de información ha sido total, y los técnicos británicos dieron toda clase de explicaciones cada vez que lo pedíamos'.

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Gráfico animado:: El 'HMS Tireless'

Si en un nivel exclusivamente de cooperación técnica la satisfacción es total, en un nivel político 'el caso Tireless ha sentado un precedente en los estándares de fiabilidad'. El nuevo nivel de fiabilidad está muy claro: 'Todos estamos seguros de que se va a ir mañana..., pero queremos ver las imágenes. Queremos la foto'. ¿Y si viene otro? 'Cabe esperar que eso no suceda'.

Igualmente, el Foreing Office es consciente del impacto político que ha tenido el caso, y reconoce que de ahora en adelante tendrá más en cuenta las 'sensibilidades' dentro y fuera de la colonia. Sin embargo, por más armoniosa que haya resultado la colaboración entre los dos países, el Reino Unido no tiene ninguna intención de cambiar la actitud que verdaderamente resultaba irritante a sus opositores. Un portavoz aseguraba el viernes a este periódico que 'se trata de una base militar británica bajo soberanía británica y no existe la más mínima intención de compartir el control de la base con nadie. Eso significa, y que nadie tenga la más mínima duda al respecto, que en el futuro los buques de guerra nucleares seguirán atracando en Gibraltar'.

A pesar de la insistencia oficial en la ausencia de riesgo para la población de la zona durante las tareas de reparación, la transparencia que el Gobierno asegura haber obtenido ha sido una odisea para todos los demás actores implicados. 'El problema no es tanto el riesgo real que había como el hecho de que ese riesgo es gratuito. Es la sensación de impotencia ante la decisión británica de reparar un submarino nuclear en la costa española la que indigna'. Ladislao Fernández se ha dedicado un año entero a clamar contra el Tireless en nombre de Ecologistas en Acción. Hace apenas unos días consiguió algo sin precedentes: información del Ministerio de Defensa británico.

En una carta confirmaban el vertido de agua radiactiva al Mediterráneo con una contaminación de 0,1 curios. Aproximadamente, el equivalente a 100 pararrayos radiactivos. La embajada realizaba la siguiente evaluación: 'Un adulto que hubiera ingerido todos los radioisótopos de menos de 100 días [de vida media], habría recibido 30 microSievert'. La dosis máxima que se puede recibir es de un miliSievert al año. Para saber el riesgo real hace falta saber cuánta agua se vertió. Pero eso es 'secreto militar, porque da idea de la capacidad del submarino'.

El secreto militar británico ha sido la principal causa de irritación de todos los actores implicados. El origen de la 'sensación de impotencia' que apunta Fernández. ¿Qué quiere decir que un reactor nuclear está crítico? La inquietante terminología nuclear no contribuye en nada a la tranquilidad. Cuando el miércoles se dijo que el reactor nuclear había alcanzado la fase crítica significaba, ni más ni menos, que va a las mil maravillas; es decir, el objetivo del arranque de un reactor no es sólo llegar a ponerlo crítico, sino, además, mantenerlo así. Sin embargo, para tranquilizar a la población las autoridades británicas ocultaron todos los detalles del arranque.

Aún se pueden producir problemas de última hora (derivados de la inactividad prolongada de la nave), como la oxidación de pequeñas partes del circuito primario; pérdida de funciones mecánicas en el núcleo por haber quedado al descubierto; o problemas de corrosión en el generador de vapor. Pero ninguno evitaría que el Tireless abandonara Gibraltar. Mañana tendremos la foto.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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